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La hucha de las pensiones necesita una rentabilidad del 7% anual para llegar a 50.000 millones en 2033

La subida de cotizaciones que ha planteado el ministro Escrivá solo cubrirá un 4% del aumento de gasto previsto

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. Vídeo: CÉZARO DE LUCA (EUROPA PRESS) | EFE
Antonio Maqueda

El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, había declarado que con la subida de cotizaciones que acaba de plantear conseguirá al cabo de una década unos 50.000 millones para el Fondo de Reserva de las pensiones. Si bien en una entrevista en la Cadena SER el lunes matizó que en realidad se trata de una horquilla entre 40.000 y 50.000 millones. En cualquier caso, estas cifras no incluyen la letra pequeña: para alcanzar los 50.000 millones en la hucha de las pensiones, esos fondos han de obtener una rentabilidad anual del 7%, según la documentación que ha elaborado la Seguridad Social sobre el nuevo Mecanismo de Equidad Intergeneracional, y a la que ha tenido acceso EL PAÍS.

La rentabilidad del bono español, el activo seguro en el que tradicionalmente invertía el Fondo de Reserva, se sitúa ahora en el 0,5% a diez años. Dadas las actuales condiciones de mercado, habría que poner el dinero en un país emergente o en acciones para intentar lograr un rendimiento tan alto como el 7% al año. Pero eso sí: con un elevado riesgo de sufrir pérdidas.

En un contexto de mercado muy distinto, el Fondo de Reserva solo llegó a tener una rentabilidad media del 3,6% durante sus primeros 15 años de funcionamiento, entre 2000 y 2015. En aquellos momentos se benefició de unas primas disparadas entre 2009 y 2014 por la crisis soberana.

El propio documento de la Seguridad Social pone negro sobre blanco las cifras. Entre 2022 y 2033 se ingresarán 33.149 millones por la subida de cotizaciones de 0,6 puntos porcentuales. Y se dibujan hasta tres escenarios: con una rentabilidad del 5% por el dinero depositado en el fondo, el monto se colocará en 41.000 millones en 2033. Con una del 6%, en casi 43.000 millones, y con la del 7%, en cerca de 45.000.

Además, la letra pequeña tiene una segunda parte: en los cálculos para sumar 50.000 millones también se incluyen los 2.138 millones que ya están en la hucha de las pensiones. El papel de la Seguridad Social actualiza esta cantidad con las rentabilidades del 5%, el 6% y el 7%. Al proyectar un rendimiento del 7%, el dinero que ya se encuentra en el Fondo de Reserva rozará los 5.000 millones dentro de una década. Y sumados a los 45.000 millones arrojan exactamente 49.765 millones. Así salen los 50.000 millones que anunció el ministro Escrivá. En definitiva, hace falta una rentabilidad del 7% y sumar los recursos que ya están depositados.

Todos los cálculos se hacen bajo la premisa de que el aumento de las cotizaciones no afectará ni al empleo ni a los salarios. Por este motivo, la propia Seguridad Social admite en su documentación que las cifras podrían acabar siendo algo menores.

Si el ejercicio se hiciera con una rentabilidad del 0,5% como ofrece el bono español, la cantidad ascendería a 36.128 millones más los 2.270 millones actualizados del Fondo de Reserva.

Solo un 0,2% del PIB

Otra cuestión distinta es si la medida es suficiente para cubrir el desfase que se generará en los próximos años por la jubilación del baby boom, la generación más numerosa formada por los nacidos entre 1958 y 1977.

Según los números del ministerio, la subida de cotizaciones de 0,6 puntos porcentuales recaudará un 0,2% del PIB, unos 2.800 millones del año 2023. Y esa recaudación se mantiene estable en relación al PIB durante todos los años. Sin embargo, hasta 2050 el gasto en pensiones subirá en 4,2 puntos de PIB según las estimaciones de la Autoridad Fiscal, y en 4,3 puntos según la Comisión Europea. Esto es: unos 50.000 millones de la actualidad. Así que el 0,2% del PIB de ingreso por la subida de cotización apenas da para cubrir un 4% de todo el incremento de gasto que se va a producir.

Diversos expertos consultados llaman la atención sobre el hecho de que la propuesta de Escrivá pretenda rellenar de nuevo el Fondo de Reserva cuando, según todas las proyecciones, va a volver a crearse un déficit en el sistema de pensiones. La reforma que plantea el ministro incluye una transferencia anual del Estado a la Seguridad Social por valor de unos 22.000 millones al año. De esta forma, la intención es que el déficit actual se cierre. Sin embargo, o aumenta todavía más las transferencias, o el gasto subirá de aquí a 2033 entre 1,4 puntos de PIB, según la Autoridad Fiscal, y 1,7 puntos, según la Comisión Europea en su informe sobre envejecimiento. Esto supone entre 25.000 y 30.000 millones de 2033 que se repetirán todos los años.

La dinámica actual de las pensiones lleva a que los gastos siempre crezcan más que los ingresos por una combinación de tres factores: la actualización de las prestaciones con el IPC; el aumento del número de pensionistas porque además cada vez viven más años, y la jubilación de trabajadores con unas carreras laborales mejores y, por tanto, con unas prestaciones más altas.

El nuevo Mecanismo de Equidad Intergeneracional contempla que en 2033 se hará un examen de la evolución del gasto en pensiones. Y si este se desvía, en primer lugar se retirará un 0,2% anual de la hucha para financiar las prestaciones. Si no fuera suficiente, entonces se tomarán medidas de gastos o ingresos para corregirlo hasta un total del 0,8% del PIB. Es decir, todavía quedaría algo más de tres puntos de PIB por asumir.

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Sobre la firma

Antonio Maqueda
Periodista de la sección de Economía. Graduado en Periodismo en la Universidad de Navarra y máster por la Universidad de Cardiff, ha trabajado en medios como Cádiz Información, New Statesman, The Independent, elEconomista y Vozpópuli.

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