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Smashing Pumpkins ante el templo de Gehry

Prometían un disco poco comercial, nada previsible; poco rock y melodías de peso; tenebroso y melancólico. "Música nocturna arcana", según su definición. Cuatro mil personas pudieron comprobar ayer en directo el sonido de Adore, el nuevo disco del grupo estadounidense Smashing Pumpkins en un escenario instalado en el exterior del Museo Guggenheim. Las precauciones tomadas para evitar que el puente de La Salve se convirtiera en un palco privilegiado para seguir gratis el concierto no fueron suficientes. La organización colocó grandes lonas de plástico para impedir que el escenario fuera visible desde el puente, pero frenar la música no fue posible. Para otros cientos de personas fue un concierto ciego: se colocaron en las inmediciones, incluso al otro lado de la ría, y no hubo barreras que les impidieran escuchar el concierto. A ellos también saludó uno de los miembros del grupo. Las entradas puestas a la venta en Bilbao se agotaron varios días antes de la cita, pero a última hora los rezagados pudieron recurrir a la repesca de las que habían sobrado para el recital de Zaragoza. Los asistentes al concierto de ayer no tuvieron la oportunidad de conocer el disco antes de acudir al recinto de Abandoibarra. Adore no se pondrá a la venta hasta el 1 de junio, pero está al alcance de los internautas en http://www.smashing-pumpkins. net.

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