Don Juan y Azaña
El pasado 19 de abril, mientras conocía la noticia del fallecimiento de don Juan de Borbón, se me sumó, a la pizca de malestar causado por el hecho, otro distinto. Espontáneamente recordé la tumba de don Manuel Azaña, visitada no hace mucho, con sus flores de plástico, en tierra extranjera.Hoy, 2 de mayo, encuentro en EL PAÍS, en la página 22, la crónica sobre la muerte, en México, de doña Dolores Rivas Cherif. Vuelvo a la portada por ver si, con la rapidez, no he reparado en la noticia. En vano. Se anuncian en ella 14 informaciones, pero no la de la página 22. Escucho y miro el telediario de TVE-1 de las tres de la tarde. No hay mención de la desaparición de la ilustre señora.
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Rehúyo hacer comentarios explícitos. Me permitirán algunas preguntas: aun sin querer, ¿seguirán los silencios a las balas y los insultos? ¿Reflejan así los medios de comunicación la pretendida reconciliación del país? ¿Cuál será la causa de ese tratamiento informativo: ignorancia, torpeza, mala conciencia ...?.-