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Peter O'Toole: "Un actor debe ser generoso y natural"

El artista presenta en Madrid su última película

El actor irlandés Peter O'Toole, de 56 años, ha visitado Madrid con motivo del estreno de la película El hotel de los fantasmas (High spirits), una comedia dirigida por el también irlandés Neil Jordan. En ella, el actor, que alcanzó el éxito cinematográfico como protagonista de Lawrence de Arabia, dirigida por David Lean, interpreta a un aristócrata arruinado, propietario de un castillo en Irlanda. A fin de retener a los turistas, convierte a sus sirvientes en fantasmas ficticios, hasta que la aparición de los reales da un giro al desarrollo argumental, hecho que permite a Neil Jordan mostrar sus inclinaciones por lo sobrenatural. O'Toole declaró que ante todo un actor debe ser generoso y natural.

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El último trabajo en el cine de Peter O'Toole, El hotel de los fantasmas, está dirigido por Neil Jordan (Angel, En compañía de lobos, Mona Lisa), cineasta inclinado por lo sobrenatural. Es una comedia que según el actor tiene como único fin divertir al público. A pesar de ello admite la existencia de algunas posibles lecturas del filme. "En cierta medida", afirma, "Neil Jordan efectúa una parábola sobre la desaparición de la especie angloirlandesa: lo único que les queda son los fantasmas".El perfecto dominio de la dicción y de sus movimientos corporales, fruto de su experiencia teatral, aliados a su mirada azul, tan idónea para febriles pesadillas como para expresar firmes y obsesivas resoluciones, le confieren una personalidad adecuada para encarnar a seres de espíritu contradictorio. "Ante todo", declara con énfasis, "un actor debe ser generoso y natural. No me gusta la pose de los alumnos del Actor's Studio, quienes vanamente tratan de convertirlo en algo natural".

Algunos de sus más recordados títulos del pasado, Becket, La guerra de Murphy o Lawrence de Arabia, fueron dirigidos por realizadores británicos. Este último va a ser objeto, en breve, de una reelaboración que añadirá gran parte del material rodado que no fue utilizado para su montaje final. "Hace tiempo que esperaba que se llevara a cabo este proyecto", comenta, "me parece que la película va a ganar mucho en la nueva versión menos abreviada". A ello añade: "Además, este tipo de películas, lo mismo que El último emperador, alcanzan su máximo poder de fascinación en las pantallas de los cines. El cine se hace pensando en ellas; yo estoy en contra de las películas producidas para la televisión".

Casualmente, la madrugada del jueves, TVE programa una película, Profesión, el especialista, donde O'Toole encarna a un director de cine enloquecido por pedir arriesgadas acciones a un especialista. Con mayor vehemencia relata cómo en La guerra de Murphy él fue en cierto modo especialista, pilotando un pequeño hidroavión, mientras seguía las instrucciones del piloto escondido en el asiento trasero. "Lo más difícil fue el amerizaje", exclama, "la imagen de terror de mi rostro correspondía a mi estado de ánimo. Si conseguí valor para pilotar el avión fue gracias al alcohol".

El actor, cuyo aspecto de gentleman impone autoridad, hizo honor a la hora de la entrevista cumpliendo el rito del té, y manifestó su interés por probar fortuna en el campo de la dirección: "Yo también creo que los actores somos buenos directores", fue su despedida.

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