_
_
_
_
_

El "Gobierno" de Jomeini asegura que el Ejército está de su lado

Mahdi Bazargan, «primer ministro» del Gobierno paralelo del ayatollah Ruhollah Jomeini, dijo ayer que el Ejército «quiere lo mismo» que el movimiento religioso de oposición al primer ministro, Shapur Bajtiar, nombrado por el sha, y que las «huelgas continuarán» hasta que Bajtiar dimita. Poco después, Bajtiar manifestó que está dispuesto a «dialogar, pero no a renunciar. Cientos de oficiales del Ejército volvieron a presentarse ayer por la mañana en la residencia de Jomeini para expresarle su apoyo. La posibilidad de un acuerdo para la realización de un referéndum que ponga fin al actual enfrentamiento entre Jomeini y el último representante del régimen del sha va cobrando cuerpo en Occidente, aunque no se descarta la perspectiva de la división del Ejército y de una guerra civil.Ante miles de personas reunidas frente a una mezquita, en el campus de la Universidad de Teherán, el «primer ministro» de Jomeini presentó ayer el esquema básico de la «república islámica» preconizada por el líder religioso iraní. Bazargan explicó que se propone instaurar esa «república» sin «violencias» por medio de un referéndum.

Bazargan pidió a las fuerzas armadas que no interfieran en el proceso político y que retiren su respaldo al sha Reza Pahlevi, a quien calificó de «rey muerto».

Sin embargo, Bazargan supeditó la celebración del referéndum a la transferencia del poder a su Gobierno «provisional» por parte de

Bajtiar. Subrayó, además, que su Gobierno seguirá administrando el país hasta que se efectúen elecciones para formar una asamblea encargada de redactar una nueva Constitución. Bazargan prometió que el referéndum se llevaría a cabo con supervisión internacional.

Sobre este punto, Bajtiar declaró unas horas más tarde: «No somos una colonia. No sé por qué los partidarios de Bazargan y los demás partidos no podrían controlar la legalidad del escrutinio.»

El hecho de que Bajtiar no haya rechazado de plano la propuesta de Bazargan, sobre la que el propio primer ministro del sha encauzó sus negociaciones con Jomeini en París, hace quince días ha sido interpretado como un síntoma alentador para un acuerdo final.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Mientras Bazargan hablaba desde la mezquita del campus universitario, alrededor de 20.000 personas se concentraron en el estadio de Amjadieh en apoyo del Gobierno y la Constitución. La concentración fue protegida por numerosas fuerzas antidisturbios del Ejército para impedir la aproximación de los partidarios de Jomeini, entre los que ayer se volvió a observar a muchos soldados y suboficiales, especialmente de la fuerza aérea. Al término de la reunión, grupos de uno y otro bando se enfrentaron en la calle, pero fueron rápidamente dispersados por los militares y no se registraron heridos.

Las versiones sobre las discrepancias en el seno de las fuerzas armadas volvieron a intensificarse anoche al trascender unos incidentes producidos en una base de la aviación militar situada en el su reste de Teherán, cuando varios carros de combate cercaron el lugar.

Según algunos testigos presenciales, las vías de acceso a la base fueron bloqueadas por el Ejército y se escucharon numerosos disparos. Aparentemente, parte de la oficialidad y la tropa de la instalación intentó un pronunciamiento en favor de Jomeini y la «república islámica».

Hassan II, escéptico ante el futuro del sha

Entre tanto, el rey de Marruecos, donde el sha está pasando sus «vacaciones», se mostró anteanoche escéptico, e incluso despectivo, en relación con la política y el futuro del sha Reza Pahlevi, su huésped.

En una entrevista con Radio Nacional francesa, Hassan II dijo que si el monarca iraní regresase a su país no permanecería en el poder más de seis meses.

Hassan II añadió que al sha le «domina la amargura de 37 años de responsabilidades », e incluso criticó a su régimen. «El drama de Irán -dijo- consiste en que no existían allí partidos políticos, y Jomeini abrió una compuerta que contenía una masa de agua acumulada desde hacía años.» También explicó que los árabes consideran a Jomeini «un hereje» , puesto que «los chiitas no son musulmanes ortodoxos».

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_