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Deschamps y el misterio del virus

Francia recupera a todos sus jugadores tras la enfermedad respiratoria que impidió participar a varios en algunos partidos

Didier Deschamps habla con su asistente Guy Stephan durante el entrenamiento de Francia previo a la final.
Didier Deschamps habla con su asistente Guy Stephan durante el entrenamiento de Francia previo a la final.FRANCK FIFE (AFP)
David Álvarez

En la víspera de la final de la Copa del Mundo, había dos asuntos de los que el seleccionador francés, Didier Deschamps, no quería hablar. Uno era Karim Benzema, al que ya evitó el miércoles después de la semifinal, y el otro, el misterioso virus que ha ido dejando fuera de combate de manera sucesiva a varios de sus futbolistas, y al que sí se refirió después de derrotar a Marruecos.

Pero ayer era distinto: “Yo estoy muy bien, gracias por preguntar”, empezó. “Los jugadores... Esta mañana me marché bastante pronto y estaban durmiendo. No tengo información nueva. Lo estamos gestionando con tranquilidad. Intentaremos estar preparados”.

La insistencia de la sala por obtener algo más de concreción sobre cómo se encontraban los futbolistas franceses no sirvió de nada: “No voy a entrar en detalles. Es un tema que parece que les interesa, y lo entiendo. Estamos tomando las máximas precauciones. Es la situación que tenemos, y nos toca vivir con ella. Es lo que nos toca ahora mismo. Evidentemente, si no existiera esta situación, sería mejor”.

Los días anteriores, el servicio médico de la expedición francesa había tratado a varios futbolistas, como Dayot Upamecano y Adrien Rabiot. Eso sí lo contó Deschamps el miércoles después de clasificarse para la final de este domingo contra Argentina. Ambos habían tenido fiebre y habían sufrido debilitamiento, por lo que no habían participado en la semifinal. También Kingsley Coman, que no pudo entrar al campo por Dembélé cuando el seleccionador detectó que el equipo necesitaba más energía para resistir las acometidas de Marruecos.

Pese a las precauciones adoptadas en la expedición alojada en el hotel Al Messila de Doha, después de la semifinal cayeron también enfermos Raphael Varane e Ibrahima Konaté, la pareja de centrales el miércoles.

Deschamps esquivó los detalles sobre el estado de su tropa, pero el capitán, Hugo Lloris, había dejado alguna pista más unos minutos antes en la misma sala de conferencias: “Me he encontrado con mis compañeros en el desayuno y me pareció que todos estaban bien”, dijo. “Uno nunca está preparado para este tipo de cosas”.

Pese a sus evasivas, el seleccionador francés aseguró que por la tarde, cuando estaba programado el último entrenamiento antes de la final en el estadio de Lusail, tendría él mismo más información sobre el estado de la plantilla y, por tanto, podrían compartir algo más fiable.

Francia se ejercitó a las 16.30 en las instalaciones del Al Sadd, el club que entrenó Xavi Hernández antes del Barcelona, y durante los 15 minutos que permitieron el acceso de la prensa, sobre la hierba estaba la plantilla al completo.

La selección argentina también había estado pendiente de la evolución médica de su rival, y también habían vivido en la confusión, como dijo su técnico, Lionel Scaloni: “En relación al virus que supuestamente tienen los jugadores de Francia, no puedo decir nada, porque no tenemos nada oficial”.

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David Álvarez
Sigue la información del Real Madrid y la selección española en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de la sección de Deportes. Ha cubierto los Juegos Olímpicos, el Mundial de fútbol y la Eurocopa. Antes trabajó en ABC, El Español, ADN, Telemadrid, y La Gaceta de los Negocios. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra.

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