Flick: “No estoy molesto con España”
El seleccionador alemán hace autocrítica y achaca el desastre de la eliminación del Mundial a la falta de gol
”No puedo creer que esto se haya acabado”, dijo Niclas Füllkrug, figura anónima en la selección de Alemania hasta que este Mundial le brindó la posibilidad de irrumpir como goleador con dos tantos, uno contra España y otro contra Costa Rica, dos pequeñas proezas que no sirvieron de nada a su selección pero que a él le situaron en el mercado. El viaje duró dos semanas. “Tengo una sensación agridulce”, dijo; “he marcado goles por primera vez con la selección, hemos empatado con España y ganado a Costa Rica gracias a eso y, sin embargo, estamos eliminados”.
Füllkrug fue el único jugador alemán que esbozó una sonrisa en Jor. La comitiva abandonó el estadio de Al-Bayt en silencio, uniformada con monos blancos hasta el autobús, mientras el seleccionador emitía su dictamen. “No estoy molesto con España por perder contra Japón”, dijo Hansi Flick, con los ojos inyectados en sangre y las ojeras marcadas en el rostro sudoroso. “Todo ha sido nuestra culpa. Lo tuvimos en nuestra mano pero desaprovechamos muchas ocasiones contra España y contra Japón”.
“Si hubiéramos marcado las cosas serían diferentes ahora”, continuó Flick, “pero cometimos muchos errores”. El seleccionador, que asumió su cargo tras la Eurocopa de 2021, se había propuesto regenerar el equipo conservando el estilo agresivo que caracterizó a la campeona del mundo en 2014. De sus dos grandes apuestas, Musiala y Kimmich, una fue un éxito y la otra un yerro.
Kimmich no funcionó como mediocentro. Musiala, con solo 19 años, fue el mejor del equipo. Pero no bastó. El joven mediapunta del Bayern se mostró abatido tras el partido. “Normalmente habría convertido goles con las ocasiones que he tenido en este Mundial”, dijo, “pero por alguna razón no he podido concretarlos. Ojalá pudiéramos tener otra oportunidad. Ahora solo pienso en volver a jugar cuanto antes para quitarme esta mala sensación”.
“Ahora tenemos que centrarnos en la próxima generación”, dijo Flick, con palabras que parecieron apuntar a la retirada de hombres como Götze, Gündogan o Müller. Este último, de 33 años, se despidió al borde de las lágrimas. “Para mí, personalmente, esto es una catástrofe absoluta”, dijo en la radio ARD. “Si este fuera mi último partido me gustaría decir que ha sido un placer enorme, querida gente, muchas gracias. Lo hice con amor, podéis estar seguros de eso”.
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