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Mundial de Fútbol
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Esto con Grondona también pasaba

Nadie pensó que invitar a algunas selecciones comparsa se convertiría en una tragedia para los dueños y señores del balón, del juego y del reglamento

Mundial de Futbol Argentina Arabia Saudita
Ángel Di Maria se lamenta durante el encuentro de Argentina ante Arabia Saudí este martes en el estadio de Lusail, en Qatar.Rodrigo Jiménez (EFE)

Que nadie piense mal, pero después de solamente tres días de Copa del Mundo —me gusta más Copa que Mundial— de repente pienso en el hombre que participó desde Argentina 78 hasta Qatar 2022, y que se sentó en sus palcos dirigiendo la orquesta: Julio Grondona. Aquel que llevaba un anillo-sello con su máxima de que en la vida “todo pasa” y que demostraba la filosofía con la que la Copa del Mundo pasó de 16 equipos a los actuales 32 —para la próxima Copa aumentarán de nuevo—.

La forma de hacer crecer el negocio era esta, aumentar el número de equipos, el número de partidos, el número de mercados y así hasta aumentar el número —en este caso, cifra— que ingresar en las cuentas bancarias. Pero nadie pensó que invitar a algunas selecciones comparsa se convertiría en una tragedia para los dueños y señores del balón, del juego y del reglamento.

Así, selecciones como Arabia Saudí, ya curtida en cinco Copas del Mundo, encaraba su papel de comparsa sin miedo, más bien con orgullo. Y destrozaba en una colosal segunda parte a una de las favoritas, Argentina. Y, consecuentemente, alejaba a Messi de la Copa.

Habíamos visto en anteriores ocasiones que selecciones favoritas quedaran fuera por un sencillo error inesperado frente a selecciones de menor rango futbolístico; Francia en Sudáfrica, España en Brasil, la propia Argentina en Corea-Japón, pero esta vez es diferente. Esta vez es una derrota frente al supuesto débil del grupo que si todo va como se espera posibilitará que Argentina acceda a la final por una ruta, quizás más complicada, pero que seguramente le permita evitar a Brasil en semifinales.

Y, si así fuera, llegan las duras etapas que digamos podrían comenzar con Francia, como en Rusia 2016. Soñemos… Más tarde podrían cruzarse con la Inglaterra que destrozó a la contestataria Irán con el electrizante juego de sus estrellas y una excelente forma física, que entiendo es aportada por la Premier League, que obliga a estos jugadores a mantener un nivel que se demostrará en cada partido.

Si Inglaterra cumple ante Estados Unidos y Gales, que se ha presentado reivindicando su pasado, tendremos frente a nosotros un enorme menú futbolístico que nos llevaría a la mano de Dios en México o a la huella de Beckham en Saint Étienne. Inglaterra vs Argentina. Al final, una Copa del Mundo que acaba de empezar y que nos propone partidos imaginarios que nos acerquen recuerdos de juventud y que haga más grande el juego más universal.

Igual era esto en lo que se pensó cuando se amplió el número de equipos o es solamente la grandeza del fútbol. Mientras los argentinos están viviendo su particular pesadilla, el resto del mundo comienza a vivir el sueño que Arabia Saudí nos propone.

Este aviso a navegantes llega en el mejor momento, justo antes de los debuts de las otras grandes. Y plantea un nuevo debate futbolístico. ¿Está cambiando el modelo de juego? Es habitual que en las competiciones de clubes haya entrenadores que, usando un sistema, digamos novedoso o no tan al uso, plantean cambios que al generar dudas a los contarios les dan una ventaja que suele medirse en éxito. Pero, en una Copa del Mundo, y más en una como esta, con escaso tiempo de preparación y con sistemas de juego muy arraigados en las selecciones nacionales y en sus entrenadores, hay poco espacio para cambios en los modelos de juego, por lo que las pequeñas variaciones técnicas que algunos equipos plantean son la clave de estos éxitos momentáneos. Éxitos que, si bien no cambian el modelo de juego, sí hace que nos empecemos a plantear qué tipo de equipos son los más capacitados para un triunfo en la Copa: aquellos que demuestran más capacidad física, aquellos que son más técnicos o los que centran su juego en sus jugadores más determinantes. De momento, el modelo de juego no es tal, y la sorpresa del juego nos arrolla y nos destroza, como Arabia Saudí a Argentina.

Por eso pensé en Julio Grondona. “Todo pasa”. Porque quizás todo pasa por algo.

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