Norris gana el GP de Países Bajos y reaviva la gresca por el Mundial de Fórmula 1
El inapelable triunfo del británico en casa de Verstappen posiciona a McLaren como la más solvente alternativa a Red Bull
Allí donde sea que no llegue el coche de Max Verstappen le alcanza al holandés, una impresión que volvió a manifestarse este domingo en un circuito de Zandvoort pintado de color naranja por las camisetas de la hinchada, entregada al ídolo local. El actual campeón se fue de vacaciones dándole vueltas a la cabeza después de haber constatado que la superioridad técnica que le venía ofreciendo su Red Bull en los dos últimos años se había evaporado. Esa preocupación no desapareció en la primera prueba después del parón de verano, en la que McLaren volvió a dejar claro que su MCL38 es el monoplaza más afilado de todos. Puestos a encontrarle un punto débil, puede que el monoplaza de color papaya no sea el más eficiente de todos en el momento de la arrancada si atendemos a las posiciones perdidas en ese momento concreto y tan importante. En Holanda, Lando Norris volvió a perder la ventaja que le ofrecía la ‘pole position’ que se llevó claramente el sábado, con un giro impecable, tres décimas más rápido que el de Verstappen.
DRIVER STANDINGS (after 15/24 rounds)
— Formula 1 (@F1) August 25, 2024
Norris cuts Verstappen's lead to 70 points 👀#F1 #DutchGP pic.twitter.com/S4aBbDiDkD
Colocado en la plaza más privilegiada de todas, el británico y Oscar Piastri, su compañero, se quedaron clavados, derrapando, en lo que fue un caramelo de esos que no se le pueden ofrecer a ‘Mad Max’. El corredor de Red Bull ni siquiera tuvo que exagerar la frenada para posicionarse al frente del grupo, en uno de los adelantamientos más fáciles que probablemente recuerde haber hecho. A pesar de ello, la realidad se impuso de nuevo y volvió a evidenciar la dulzura del momento que atraviesa la pareja de McLaren y especialmente Norris, perseguidor del tricampeón del mundo en la tabla general de puntos, y el único que en estos momentos parece con empuje suficiente como para discutir la cuarta corona que se encasquetaría el chico de Hasselt.
Antes de esta carrera, que volvió a poner en marcha el campeonato, en Red Bull ya advirtieron de la realidad que debía afrontar la escudería del búfalo rojo, obligada a jugar a la contra en las sucesivas paradas del calendario. “Que nadie espere un coche nuevo después del descanso; este es el nivel que veremos por ahora”, alertó Helmut Marko, uno de los ejecutivos con más peso dentro de la estructura de Milton Keynes (Gran Bretaña). La declaración del expiloto austríaco quedó perfectamente contrastada en Zandvoort, donde Verstappen no tuvo más remedio que claudicar en el 18º giro, el momento elegido por Norris para lanzarle un ataque apoyado en el efecto del alerón trasero móvil (DRS), que dejó sin respuesta a su rival. Allí se acabó el pulso por el triunfo, el primero que se le escapa ante su gente al líder del Mundial, que hasta el momento contaba sus visitas (tres) por victorias.
En esta ocasión, la piedra angular del equipo energético cruzó el segundo, sin armas con las que plantar batalla a su colega, que sumó su segunda victoria del curso y también de su palmarés, esta, mucho más clara que la anterior, en Miami. De hecho, los 20 segundos de colchón a su favor en el momento de cruzar bajo la bandera de cuadros le convierten en el primer corredor, que no sea Verstappen, en ganar una carrera con un margen de más de diez segundos desde que Charles Leclerc completó el Gran Premio de Australia de hace dos años y medio (2022) 20 segundos y medio antes que Checo Pérez, que concluyó el segundo. Toda una declaración de intenciones de McLaren y de quien parece dispuesto a abanderar el papel de alternativa al imperio de Red Bull. Una sensación avalada, además, por la vuelta rápida que Norris se adjudicó en el último giro, en una muestra más del ritmo que le quedaba todavía dentro a su prototipo. “No diría que fue la carrera perfecta porque me acuerdo de la salida, pero después de eso todo fue maravilloso. El coche se comportó muy bien y pude adelantar a Max, que fue el momento clave”, resumió el ganador, consciente de sus opciones, incluso después de perder la cabeza del pelotón en la arrancada. “Desde la vuelta cinco o seis ya me di cuenta de mis posibilidades de ganar. Esperaba que Max abriera un hueco, algo que nunca hizo”, añadió del de McLaren.
Leclerc completó el podio después de defenderse de forma más que digna de Piastri, mientras que Carlos Sainz terminó el sexto. La pareja de Ferrari fue la que más posiciones ganó (ocho en total), precisamente lo contrario que la de Aston Martin: perdió siete. El asturiano, que comenzó el séptimo, finalizó el décimo en la cuarta prueba del año y sin ningún abandono, el mayor número en la historia del certamen.
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