Con el 10 del Athletic a la espalda, Nico Williams
Pese a los rumores sobre su salida y el interés del Barça, el internacional sigue en Bilbao y hereda el dorsal de Iker Muniain
Ni cuando el lunes Nico Williams se convirtió en el protagonista de un vídeo en el que le cedía su camiseta con el número 11 al recién llegado Álvaro Djaló, y él se estampaba en la suya el 10 que vistió Iker Muniain hasta hace dos meses, se acallaron los rumores sobre su marcha de Bilbao.
Los espíritus más recalcitrantes, muchas veces sin más información que el ruido qu...
Ni cuando el lunes Nico Williams se convirtió en el protagonista de un vídeo en el que le cedía su camiseta con el número 11 al recién llegado Álvaro Djaló, y él se estampaba en la suya el 10 que vistió Iker Muniain hasta hace dos meses, se acallaron los rumores sobre su marcha de Bilbao.
Los espíritus más recalcitrantes, muchas veces sin más información que el ruido que se extiende por las redes sociales, seguían afirmando que hasta que no se cierre el mercado de fichajes, el Barcelona seguirá intentando reclutarlo para sus filas, con argumentos peregrinos como su amistad con los jugadores del Barça, como si en Bilbao no los tuviera después de diez años en el Athletic, o su complicidad de hermano con Lamine Yamal, aunque tenga a uno de sangre, Iñaki, jugando ya a su lado.
Pese a las palabras del presidente azulgrana Joan Laporta, en las que se salió por la tangente cuando le preguntaron por Nico —”tenemos un buen equipo”, dijo—, los meses desde el final de la Liga se han hecho muy largos en Bilbao con el culebrón en torno a un futbolista que se convirtió en una estrella emergente en el universo del fútbol después de una Eurocopa superlativa.
Pero los acontecimientos del fútbol se encadenan y el campeonato de la regularidad ya está aquí de nuevo. En San Mamés se estrena la Liga con el Athletic y el Getafe como protagonistas, y en el club bilbaíno se afronta el desafío con un ánimo nuevo. Después de que el club se deshiciera de la mochila de piedras de 40 años sin un título de caza mayor, la Copa conquistada en La Cartuja fue una inyección de autoestima que abarcó, como se pudo comprobar con el recibimiento en la Gabarra, a futbolistas, directivos y, sobre todo, afición, que espera ilusionada una temporada en la que el equipo jugará de nuevo en Europa, un logro conseguido con el título de Copa, pero que también hubiera llegado a través de la Liga con el quinto puesto de la clasificación.
Ernesto Valverde seguirá por tercer año consecutivo al frente del equipo, y tendrá en sus manos una plantilla continuista, como es habitual en el Athletic, de la que desaparecen nombres como Raúl García, retirado, Iker Muniain o Dani García, y a la que se incorporan dos fichajes: Andoni Gorosabel, que llega libre del Alavés, y Álvaro Djaló, que la temporada pasada jugó en el Braga, y que, por cierto, le marcó un gol en la Champions al Real Madrid. Aunque la directiva trabaja en silencio y es complicado saber cuáles son sus planes, todavía tiene margen de maniobra para ampliar el plantel.
En el Athletic se afronta la campaña con optimismo, aunque también con cierta preocupación por la ausencia en las primeras jornadas de los dos porteros habituales. Ni Unai Simón, operado de la muñeca tras el final de la Eurocopa y que tiene para un par de meses más, ni Julen Agirrezabala, que mostró sus cualidades en la Copa, pero se lesionó en los primeros días de la pretemporada, están disponibles para la puesta de largo. Valverde hará debutar en partido oficial a Alex Padilla, nacido en Zarautz, que juega en la selección mexicana sub 23 por la ascendencia de su madre, y en el banquillo estará Gastesi, la temporada pasada en el Basconia, en Tercera RFEF. Ambos han tenido muchos minutos en la pretemporada para acostumbrarse a la competición.
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