Alcaraz vuelve a la cima: “Soy un chico ambicioso, un jugador de finales”

Carlos Alcaraz accede a la sala de conferencias y justo antes de ascender los dos peldaños de la peana, rectifica la marcha: “Perdón…”. El campeón de Madrid tiene sed y acude a su agente, que extrae un bote de la bolsa y le satisface; al sonido metálico y gaseoso de la apertura le sucede un largo trago, acompañado después de las reflexiones del campeón. El chico transmite felicidad, pero a la vez la sensación de que la obra no está ni mucho menos acabada. Hambriento, quiere más. Abatido Jan-Lennard Struff (6-4, 3-6 y 6-3) y logrado su décimo título en la élite, no tiene tiempo que perder y este lunes pondrá rumbo a París para asistir a la gala de los Premios Laureus, como candidato a Deportista Revelación de 2022.

Tiene Alcaraz a todos en el bolsillo, consciente el mundo del deporte de que asiste al crecimiento de un fenómeno mundial. “Me siento muy orgulloso de los logros que estoy consiguiendo”, valora ante los periodistas, después de obtener su cuarto título del curso y en paralelo, su cuarto Masters 1000. Le sirve este último para intensificar la arremetida contra Novak Djokovic y desplazar al serbio del trono, toda vez que esta semana participará en Roma y, por tanto, recuperará el número uno que el balcánico le arrebató a finales de enero, cuando Nole se coronó en Australia. De nuevo en lo más alto; otra vez, Alcaraz al frente de un pelotón que observa su evolución absorto.

“Es el tenista más completo que he visto a su edad. Federer no ganó su primer grande hasta los 21; Rafa [Nadal] lo ganó con 19, pero no era bueno en todas las superficies. Alcaraz realmente no tiene puntos débiles”, expresó el estadounidense Andy Roddick al canal Tennis Channel, en un sentir que se empieza a expandirse de forma generalizada entre los profesionales. Sorprende e impacta la madurez técnica y competitiva del español, que a sus 20 años despliega un catálogo completamente inusual porque a los destellos le añade un instinto fuera de lo común, rara vez visto. Tiene golpes, físico y apetito. Por encima de todo, el deseo.

“La próxima semana será de nuevo número uno y creo que se quedará ahí por mucho tiempo. No tiene debilidades y me encanta cómo se mueve. Verle jugar es impresionante”, le elogió el mítico Björn Borg, en unas declaraciones recogidas por el canal Eurosport. Se suma a la opinión la histórica Chris Evert, campeona de 18 grandes. “Lo tiene todo: sabe atacar, sabe defender y sabe desplazarse. No tiene fisuras, es una locura. Está preparado para ganar Roland Garros, siempre y cuando se mantenga sano; está jugando mucho”, apuntó la norteamericana en el mismo medio.

Ganador por segunda vez consecutiva en Madrid, el de El Palmar ha revalidado el éxito a base de convicción y fe, más allá de su calidad. No se lo puso nada fácil Struff, respondón de principio a fin, pero logró sacar adelante un duelo que se torció más de lo esperado. “Soy de los jugadores que, cuando juega mal, es capaz de sacar partidos adelante”, precisa. “Con mi equipo hemos comentado que, en el 80% de los partidos de un año, no juegas al nivel que quieres. Esos días cuesta el doble. Hay que saber sobreponerse. Esos partidos suman el doble. Juego a un nivel alto en los días en los que no me siento cómodo, y eso hace que haga resultados de manera constante”, agrega.

A por Chang y Courier

Dice Alcaraz que estos días ha disfrutado más de lo que ha sufrido, más allá de un par de sofocones y de que la final adquiriera un rumbo indeseado, y que le satisface que su repercusión esté enganchando a más gente a su deporte. “Me alegra saber que a las personas les estoy transmitiendo las ganas de ver tenis, es un deporte que es mi vida y mi pasión, lo amo. Que ahora la gente lo practique por mí es una maravilla”, prosigue el tenista que más trofeos suma en 2023 —cuatro, los mismos que el ruso Daniil Medvedev— y que mejor rendimiento ha ofrecido hasta este punto del año; su victoria en Madrid le aúpa a la primera plaza de la carrera anual y entre el Foro Itálico y Roland Garros aspira a reforzar la cosecha.

De momento, Alcaraz ha hecho pleno en las finales que ha disputado en los Masters 1000 (4/4) y pretende cazar a Michael Chang y Jim Courier (5/5). Para ello será fundamental que le respete el cuerpo, que le obligó a comenzar el año con retraso puesto que no pudo competir hasta febrero.

“¿Qué me inquieta de cara al futuro? Las lesiones, hay que intentar cuidarse al máximo. El tema mental, la posibilidad de cansarme de ganar, viajar o jugar al tenis, no me preocupa porque sé que no va a pasar. Lo que me puede preocupar en el futuro es el tema de las lesiones, es lo que vamos a intentar cuidar junto con mi equipo; todos los días, no va a haber ninguno que me relaje. Vamos a intentar cuidar al máximo las pequeñas molestias que salgan, que en un tenista son normales,”, zanjaba el vencedor, convencido de que su estancia en lo más alto puede ser duradera y de que está listo para dar el gran golpe en el Bois de Boulogne, la meta que tiene entre ceja y ceja.

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