Ancelotti: “No hemos ganado por el fuera de juego; tenemos dudas”
El entrenador del Real Madrid, que se marcha del Camp Nou a 12 puntos del Barcelona, apunta al VAR por el gol anulado a Asensio en el minuto 81
En el epicentro del terremoto por el caso Negreira, Carlo Ancelotti, un hombre con una fama bien ganada de prudente, se marchó este domingo del Camp Nou a 12 puntos del Barcelona y dejando en el aire una de esas bombas que tardará días en desactivarse. Y menos en este momento. “No hemos ganado por el fuera de juego, que todavía tenemos dudas. Nos vamos a Madrid con la duda”, soltó el técnico italiano sobre el gol anulado a Marco Asensio en el minuto 81. Los madridistas lo celebraron durante dos largos minutos de silencio en el Camp Nou, que vio el encuentro perdido, hasta que el VAR avisó a De Burgos Bengoetxea de la posición antirreglamentaria del balear. Más madera al gran incendio que sufre el fútbol español.
No se trató de una frase suelta del preparador de Reggiolo, sino un mensaje, que ya había lanzado antes en los micrófonos de Movistar. “En el Mundial estaba todo claro con el fuera de juego semiautomático [una tecnología con cámaras permitía afinar y abreviar las decisiones], pero ahora no sé. No sé si es fuera de juego, yo no estoy seguro”, insistió el entrenador del Madrid.
En la otra orilla, Xavi Hernández, que se sentó en la misma silla cinco minutos después, dijo que no entendía las palabras de su colega. “Sin VAR es mucho más difícil. Por eso me gusta mucho el VAR, porque acaba siendo más justo. Sobre todo, en decisiones como el fuera de juego, que es impepinable. Aquí no hay que interpretar, como en las manos. El fuera de juego es o no es. Por eso me sorprende lo de Ancelotti hoy”, comentó. Un ruido arbitral que se produce después de un partido que tuvo la ausencia en el palco de Florentino Pérez.
Esa diana de la discordia de Asensio llegó en el único momento en que el Madrid se lanzó al ataque en un choque de extrema necesidad para los blancos dada la precariedad con la que acudieron al clásico, con nueve puntos de desventaja. Ancelotti intervino en profundidad mediada la segunda mitad, cambió todo el centro del campo (acabó con Ceballos y Tchouameni) y terminó la noche arriba con cuatro: Vinicius, Rodrygo detrás de Benzema, y Asensio por la derecha como protagonista de ese empujón terminal. Sin embargo, pese a la poca huella ofensiva en muchos tramos, la satisfacción de Ancelotti sobre la actuación de los suyos fue de principio a fin, como repitió varias veces.
No hubo pegas para los suyos. “Estoy triste, pero salgo muy orgulloso de mi equipo. Hicimos un partido completo desde el primer minuto. Lo hicimos muy bien y el entrenador hizo cambios muy buenos”, defendió cuando se le preguntó en varias ocasiones si no había tardado en exceso en mover piezas. “La primera parte fue muy buena”, aseguro, “y me parecía absurdo cambiar. Lo hice en el minuto 60 para dar un nuevo impulso ofensivo. Desde el 70 tuvimos oportunidades, jugamos rápido, marcamos un gol [en referencia al anulado] y el partido estaba ganado. Hacer los cinco cambios en el minuto 60 me parece raro”, señaló.
En mitad de las quejas, el Madrid se marchó a 12 puntos de ventaja, con 12 jornadas por delante, cuando hace una vuelta salió del Bernabéu con una victoria (3-1), tres puntos de ventaja y una gran sensación de superioridad sobre su rival. Desde entonces, un lento declive, acentuado después del Mundial, y tres clásicos perdidos en tres competiciones (final de la Supercopa de España, ida de las semifinales de la Copa y este domingo en Liga).
¿Qué le ha pasado a su equipo en esta vuelta?, le preguntaron nada más sentarse en la sala de prensa. “Simple. Han tenido más continuidad que nosotros [en referencia al Barcelona]”, respondió muy escueto Ancelotti. “Tras el Mundial, en enero nos costó llegar al nivel en el que estamos ahora. Vamos a terminar bien la temporada. Si planteamos así los partidos que quedan este año, algo ganamos. Eso seguro”, vaticinó más adelante, cuando se le requirió un análisis mayor.
Su once fue el mismo que en el duelo copero de hace dos semanas en Chamartín, en el que su equipo se marchó sin tirar a puerta. También repitió respecto al Liverpool en casa del pasado miércoles. Se trata, en realidad, de su alineación fetén de estos tiempos, con las ausencias de Mendy (salió a la hora de juego por el tarjeteado) y Alaba (aún lesionado). Y casi como un guiño a lo ocurrido en el último clásico de la Castellana, al Madrid no le hizo faltar disparar entre los tres palos para ponerse en ventaja. Lo logró de rebote. Vinicius ganó la línea de fondo y su centro dio en la cabeza de Araujo, que dejó al portero alemán como una estatua de sal. Los blancos terminaron la primera parte con nueve tiros recibidos (dos hizo el Madrid) y cuatro paradas de Courtois, que ya antes del tanto de rebote había sacado una gran mano a un cabezazo de Raphinha.
Empató Sergi Roberto antes de la pausa -la clave, según Courtois- y el Barça apretó hasta ese empujón final del Madrid, con el gol anulado a Asensio al que se agarró Ancelotti tras salir a 12 puntos del Barcelona. Tres meses por delante les quedan a los blancos en el campeonato doméstico con un más que probable horizonte de desierto. De nuevo, colgados de Europa, más el postre copero de nuevo en Barcelona (arrastra un 0-1), y esta vez apuntado al VAR en un momento muy sensible.
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