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Nuevo rechazo a la Superliga

La Asociación Europea de Clubes y las ligas profesionales son críticas con el nuevo proyecto que Madrid, Barça y Juve defienden como antídoto ante el poder económico de la Premier

Enzo Pérez
Enzo Fernandez con el balón durante un partido entre el Chelsea y el Fullham en Stamford Bridge, el 3 de febrero.Chris Lee - Chelsea FC (Chelsea FC via Getty Images)

Presentada la redefinición de la Superliga, ahora en un formato abierto basado en el mérito deportivo y con la participación de entre 60 y 80 equipos repartidos en tres o cuatro divisiones, los impulsores del proyecto consideran la puesta en marcha de su rompedora competición como el antídoto para frenar la supremacía económica de la Premier League. Sin embargo, este argumento no convence ni a la Asociación Europea de Clubes (ECA), adscrita a la UEFA, ni a la European Leagues (EL). Su rechazo a la Superliga, en cualquier formato, y a su modelo de gestión es total.

El primero en cargar contra el nuevo proyecto de la Superliga fue Javier Tebas, presidente de la patronal española, que en sus redes sociales escribió: “La Superliga es el lobo, que hoy se disfraza de abuelita para intentar engañar al fútbol europeo, pero su nariz y sus dientes son muy grandes, ¿cuatro divisiones en europa? Claro, la primera para ellos, como en la reforma de 2019. ¿Gobierno de los clubes? Claro, solo de los grandes”. Por su parte, la ECA calificó la idea como “refrito de un proyecto ya rechazado en 2019″. Un alto dirigente de este organismo consultado también es crítico con el decálogo presentado por la Superliga y avanzado por EL PAIS junto a otros medios europeos: “Abierta es la competición actual. La sociedad, una Join Venture que ha creado UEFA con los clubes de la ECA, permite que las decisiones importantes se tomen en conjunto. ECA tiene un puesto más en el Consejo para decidir los concursos sobre derechos de televisión y las licitaciones para patrocinios. No sé realmente dónde están los cambios más allá de querer suplantar a la UEFA como organizadora de las competiciones”.

Las ligas europeas también reafirmaron su apoyo al actual modelo europeo de fútbol de clubes, “basado en una estructura piramidal abierta con ascensos y descensos desde el fútbol base hasta el profesional a nivel nacional”. Por su parte, la Football Supporters Association (FSA), la asociación de aficionados de Inglaterra y Gales, que ya fue clave en el fracaso de la primera Superliga, califica de “cadáver andante” a la nueva competición diseñada y reivindica que “ya existe una competición abierta”.

Frente a este rechazo, la Superliga insiste en erigirse como la organización capaz de recuperar a la industria del fútbol europeo y combatir a la Premier. Ayer, Bernd Reichart, consejero delegado de A22, la empresa encargada de desarrollar la Superliga, celebró un encuentro informativo en Madrid con varios medios. El ejecutivo alemán relató que había contactado con medio centenar de clubes europeos y que encontró que compartían el diagnóstico pesimista de su situación en la industria del fútbol. Pierden competitividad y ven cómo aumenta de manera progresiva la brecha con la Premier League, que se distancia,una tendencia que calculan que en las condiciones actuales solo puede mantenerse.

Reichart dejó entrever que entre los clubes más interesados en el nuevo proyecto de Superliga se encontraban antiguos grandes del continente, como el Benfica y el PSV Eindhoven, ambos campeones de Europa. En el panorama actual, este tipo de clubes ve imposible volver a acercarse a la posibilidad de conquistar la gran competición europea de clubes. Según los datos aportados por Reichart, el Ajax, el equipo que más ingresa por derechos audiovisuales en Países Bajos, recibió 10 millones de euros el curso pasado, por los 119 del Norwich, el vigésimo de la Premier.

Precisamente, la FIFA publicó ayer un informe sobre el último mercado invernal que confirma ese poderío financiero de la Premier frente al resto de ligas europeas. Los clubes ingleses encabezaron el gasto en fichajes con un desembolso total de unos 840 millones de euros, lo que supone el 57% del total mundial en traspasos. Joan Laporta, presidente del Barcelona, uno de los tres clubes que junto al Real Madrid y la Juventus se mantienen de forma activa en el proyecto, se manifestó ayer en esa misma línea: “Ahora mismo no podemos competir con los clubes estado, que disponen de unos recursos ilimitados, ni con una Premier que invierte 6.000 o 7.000 millones. Esta situación nos crea agravios comparativos que condicionan la posibilidad de competir y fichar. Impulsamos la reforma, pero no queremos dejar de lado a la UEFA. Finalmente, se llegará a una buen acuerdo para organizar la competición más atractiva del mundo”.

Los promotores de la Superliga creen que este panorama no induce a los ingleses a promover un cambio de escenario. Estos, además, están a la espera de que el Gobierno británico haga efectivo un plan de reforma del fútbol que les impedirá inscribirse en competiciones ajenas a las estructuras federativas tradicionales. Con todo, en A22 aseguran estar convencidos de que el proyecto de la Superliga es viable sin los clubes de la Premier. Otro asunto es la pérdida de atractivo y de capacidad para enganchar a los grandes clubes europeos en una competición sin los ingleses.

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