_
_
_
_
_
OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¿Para qué vino el VAR?

Que no nos íbamos a poner de acuerdo estaba cantado, pero que habría aún más controversia por una pantalla, eso no lo vimos venir

VAR en el Valladolid vs Rayo Vallecano
Mario Melero Lépez comprueba el VAR durante un partido entre el Valladolid y el Rayo en el Estadio Municipal José Zorrilla.Angel Martinez (Getty Images)

“El VAR era para blanco o negro, no gris”. Si siguen leyendo sabrán muy pronto de quién es esta frase. Desde luego el VAR no vino para ponernos a todos de acuerdo ni a hacernos la vida más fácil, no. A esa conclusión ya habíamos llegado todos (creo) cuando anunciaron su implantación con aquel mantra de “corregir errores claros y manifiestos”. Tampoco vino para que dejásemos de hablar de los árbitros. Y si era ese el objetivo, ha salido regular. Porque con el tiempo, y el paso de las jornadas, ha quedado claro que hasta aquellos famosos “errores claros y manifiestos” ahora son interpretables.

Por poner un ejemplo: El entrenador del Andorra, Eder Sarabia, autor de la frase que abre este artículo, estalló hace unos días contra el videoarbitraje después de que le expulsaran a su central en una acción que inicialmente el árbitro había sancionado con amarilla. Vía VAR, y después de una revisión de 4 minutos, cambió a roja. En la acción se valoraba si Álex Pastor, quien hizo la falta, era el último hombre o no. Una situación que permite varias interpretaciones porque tenía a un compañero, Moha, muy cerca, en paralelo. Ahí tenemos una interpretación. Por lo tanto, ¿por qué entro el VAR para corregir al árbitro?

Otro ejemplo. Después de la expulsión en Copa del Rey de Brais Méndez en el Camp Nou tampoco deben andar muy halagüeños en Donosti con la pantallita. El gallego fue expulsado, a mi juicio, justamente por una entrada muy dura sobre Busquets. El VAR avisó a Gil Manzano de que eso no podía ser amarilla, era roja. Hasta ahí todo bien. El problema viene cuando 3 días antes, también en el feudo azulgrana, a Dembélé por una entrada muy parecida a la de Brais (tacos a la altura del tobillo) se le enseñó amarilla. El criterio no aclara las dudas sobre cuándo sí y cuándo no.

Insisto, ¿para qué vino el VAR? Que no nos íbamos a poner de acuerdo estaba cantado, pero que habría aún más controversia por una pantalla en la que todos podemos ver lo mismo que ve el árbitro, eso no lo vimos venir. Si esta nueva herramienta se pensó para hacer el fútbol más justo y evitar errores de los colegiados, no lo está consiguiendo. Al contrario, uno de los problemas que presenta es la rearbitración de muchas jugadas, dejando el trabajo del árbitro de campo, supeditado a lo que le digan por el pinganillo.

Cuando la FIFA presentó este proyecto lo hizo con la premisa de evitar la mano de Henry contra Irlanda en 2009 o la mano de Dios en el 86. Errores que forman parte de la historia del fútbol. Llegó para solucionar un problema y ha creado otros que no existían.

Dicho esto, puedes defender algo y, al mismo tiempo, querer que cambie a mejor. A mí me pasa, me subí al barco del VAR en cuanto llegó y a veces pienso que no hay por dónde cogerlo. Para mí, sí llegó para hacer el fútbol más justo, pero no lo está consiguiendo, entre otras cosas porque falta transparencia con las decisiones y unificar criterios. Tengo la sensación de que en el baloncesto, por ejemplo, las decisiones arbitrales tienen, por lo menos, una explicación. Luego estarás de acuerdo o no, porque lo de discutir es intrínseco al deporte.

Entre la patada de Cavani al monitor del videoarbitraje en el Mundial de Qatar y la defensa a ultranza de sus impulsores, encontremos un punto medio. Quizás ese sea el único gris que valga con el VAR.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_