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Carlos Sainz entrega la séptima etapa para ayudar a su compañero en el Dakar

El piloto madrileño le cede las piezas de su coche a Mattias Ekström, que pierde también el tren de la carrera por una avería y redondea el fiasco de Audi en la edición de 2023

Carlos Sainz asiste a su compañero de equipo en Audi, Mattias Ekström, en la séptima etapa del Dakar.
Carlos Sainz asiste a su compañero de equipo en Audi, Mattias Ekström, en la séptima etapa del Dakar.

Después de abandonar el Dakar por un accidente simultáneo junto a su compañero de equipo Stéphane Peterhansel, Carlos Sainz volvió a vivir una jornada negra para Audi, esta vez en su nuevo papel de gregario del sueco Mattias Ekström. El madrileño pudo reengancharse a la carrera gracias al trabajo de madrugada de sus mecánicos, que recibieron su vehículo trinchado poco antes de la medianoche y lograron finiquitar el trabajo con el tiempo justo para la salida del vivac, programada a las 6.20 horas este sábado. La paliza de los trabajadores de la marca alemana no obtuvo recompensa en una séptima etapa donde luchaban por ganar.

Su tercer coche, pilotado por Ekström, sufrió un problema mecánico en el eje izquierdo trasero tras impactar con una piedra y se dejó más de tres horas en el km 196 de la especial. Sainz, ya sin opciones de luchar por el Touareg, marchaba cuarto cuando detuvo la marcha para ayudar al sueco, que iba primero cuando rompió un brazo de la suspensión trasera. Se arremangaron el madrileño y Lucas Cruz, su copiloto, para darles las piezas funcionales de su vehículo e intentar minimizar las pérdidas del único coche de la marca que todavía aspiraba al podio. Luego les tocó esperar a ellos al camión de asistencia. Otras tres horas para reflexionar.

Su solidaridad dejó imágenes preciosas de trabajo en equipo, una actitud loable si se tiene en cuenta la paliza de la anterior jornada y la que todavía les queda por delante en la semi-maratón improvisada por la organización. Puro Dakar. “La prioridad era dar el servicio a Mattias y ya está, no hay mucho más. Estamos al servicio del equipo”, relataba Cruz, que descartó ir a por victorias de etapa si eso significaba complicar su tarea como mochileros del Audi mejor clasificado, un Ekström que marcha ahora 19º a 4h49m41s del líder. Sainz, tras dar parte a los ingenieros y mecánicos, se fue a ver al fisioterapeuta. “Otro mal día... Este rally definitivamente no es para nosotros”, se resignó el piloto.

La séptima etapa, entre Riad y Al Duwadimi (333 km de especial y 528 km de enlace), la ganó Yazeed Al Rahji (3h06m23s) y dejó patente la maestría de Nasser Al-Attiyah (Toyota). El ganador en 2022 se dejó adelantar por Sébastien Loeb (BRX) a propósito y le siguió hasta el final de la especial, sabedor de que su rally hacia la victoria consistirá en saber gestionar su enorme ventaja en la general. “Lo dejé ir para no tomar riesgos. Solo teníamos dos horas para trabajar en los coches hoy, y mañana será otro día”, explicó el catarí antes de entrar al punto de asistencia.

Sainz se reincorporó a la carrera con una penalización de 18 horas en la general y ahora está a 29h15m39s del líder. Gracias a la nueva normativa, puede seguir luchando por victorias de etapa -tiene un total de 47- y puntos del Mundial de rally raid. Eso sí, cuando cruce la línea de meta en Dammam, el próximo 15 de enero, no tendrá derecho a la medalla de ‘finisher’ del Dakar. En su ficha, el de 2023 será su séptimo abandono en 16 participaciones en el Dakar, que ha ganado en tres ocasiones.

Esta noche, todos los pilotos dormirán en el campamento que se saltó toda la caravana rumbo a Riad con sus máquinas en parque cerrado. No las podrán tocar. Tan solo dos horas de asistencia mecánica en el pueblucho de Miz’il, en ruta hacia el vivac de la semi-maratón en Al Duwadimi, es lo que tuvieron todos para intentar arreglar los desperfectos de la jornada. Malas noticias de nuevo para los Audi y Sainz, que volvieron a pasarse todo el día y buena parte de la noche arreglando su delicado automóvil y ven cada vez más lejos el primer podio dakariano de un vehículo eléctrico.

Las motos, que vieron su cronometrada anulada, tuvieron que hacer un largo enlace para pernoctar en el punto de salida de la octava etapa este domingo, que devuelve a los participantes a la capital. Después de otros 346 km bajo cronómetro y 478 de enlace, agradecerán como nunca el día de descanso. Ha sido una primera semana de Dakar intensa y dura como pocas se recuerdan.

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