La FIFA autoriza sustituciones adicionales de jugadores con golpes en la cabeza
El organismo regulador del fútbol responde a la alarma creada por los casos de demencia detectados en el Reino Unido. No todas las manos en el área deberán ser castigadas como penaltis
La IFAB (International Football Association Board), el organismo dependiente de la FIFA encargado de redactar y sancionar las reglas del juego, autorizó este miércoles los ensayos para realizar sustituciones adicionales permanentes de jugadores que sufran traumatismos craneoencefálicos, o que se sospeche que puedan haberlos sufrido durante los partidos. Las pruebas comenzarán a partir de enero de 2021 siempre que así lo soliciten las federaciones y las competiciones de cada país. La FA, la federación inglesa, se muestra dispuesta a iniciar los ensayos en todas las categorías de las competiciones bajo su jurisdicción, comenzando por la Copa.
El protocolo aprobado es imperativo. Según el comunicado de la FIFA, “en caso de que se produzca un traumatismo que afecte al cerebro, o que pueda afectarlo, el jugador en cuestión debe ser permanentemente retirado del partido para proteger su salud, pero su equipo no debe sufrir una desventaja numérica por ello”.
La medida autoriza a los equipos a realizar cuantos cambios sean necesarios para reemplazar jugadores que sufren golpes en la cabeza. Aunque los entrenadores ya hayan agotado las cinco sustituciones tácticas permitidas por la FIFA. Si se produce un choque entre dos futbolistas del que resulten golpes en la cabeza, el protocolo manda que sean retirados del campo.
La IFAB está compuesta por los directores técnicos de las cuatro federaciones británicas más una representación de la FIFA que integran, entre otros, Pierluigi Collina, presidente del comité de árbitros, y Arsène Wenger, jefe de desarrollo del juego. La medida que adoptó este miércoles responde a la alarma social generada en el Reino Unido desde la publicación en 2019 de un estudio que determinó que las posibilidades de sufrir enfermedades neurodegenerativas eran tres veces más altas en futbolistas profesionales que en personas que nunca habían practicado deportes de contacto. El autor del estudio, el neurólogo Willie Stewart, jefe del laboratorio de neuropatología la Universidad de Glasgow, estableció que la hipótesis más plausible para explicar el desencadenante de distintas formas de demencia en jugadores de fútbol es la lesión traumática del cerebro.
“Es solo el comienzo”
Stewart explicó que los golpes en el cráneo, aunque parezcan inocuos, cuando se repiten con frecuencia pueden producir patologías irreversibles en el tejido cerebral. Tanto el doctor Stewart como los demás médicos consultados por este periódico señalan que los traumatismos más peligrosos en los partidos suelen ser los choques de cabeza durante la disputa de balones aéreos. Stewart, sin embargo, se muestra escéptico respecto a la respuesta de la IFAB y propone que el fútbol siga la senda del rugby, que autoriza la entrada y salida de jugadores de los partidos para su examen médico.
“El principio de que, en caso de duda, hay que sacar al jugador del partido, no es nuevo”, lamenta Stewart; “esto ya funcionaba así en el fútbol. Aquí lo que se ha propuesto es permitir una sustitución extra. Es solo el comienzo. Pero la solución no pasa por garantizar que los equipos tengan 11 jugadores en la cancha sino por permitir que los médicos tengan tiempo suficiente para determinar si los jugadores con golpes sufren una lesión cerebral”.
“Lo que la IFAB debería haber propuesto”, dice el neurólogo, “es la sustitución temporal de los futbolistas para que se les pueda examinar durante diez minutos, que es lo mínimo que requiere la comprobación de que puede existir una lesión”.
El informe de Stewart ha desencadenado un estado de máxima sensibilidad a la hora de ponderar las consecuencias de la práctica de deportes de contacto. La denuncia de Steve Thompson, que con 42 años sufre graves síntomas de demencia y que fue campeón de la Copa Mundial de rugby con Inglaterra en 2003, y que recuerda ninguno de esos partidos, o los casos de demencia senil de siete de los futbolistas de la selección inglesa campeona del mundo en 1966, han multiplicado la suspicacia. Tanto el sindicato de jugadores profesionales de Inglaterra como el sindicato mundial FIFPRO han reclamado a la FIFA que adopte medidas ante situaciones cada vez más preocupantes, como el choque de cabeza que experimentaron Raúl Jiménez, del Wolverhampton, y David Luiz, del Arsenal, cuando el 29 de noviembre disputaron un balón aéreo en un partido de Premier. El mexicano fue operado de una fractura craneal de la que todavía no se recupera y David Luiz, que permaneció en el partido durante media hora más, no ha vuelto a jugar.
Tocar el balón con la mano no siempre es falta
Las federaciones nacionales y los organizadores de los torneos que estén interesados en poner en marcha el protocolo deberán solicitarlo a la FIFA. Los 20 clubes de la Premier se reunirán este jueves para someter a votación tanto los cambios adicionales de jugadores golpeados en la cabeza como la ampliación del número de sustituciones, de tres a cinco. La FIFA ha extendido la regla que permite cambiar cinco jugadores por equipo hasta julio de 2022. La Premier, hasta ahora, ha mantenido el límite en tres cambios. El conservadurismo de la patronal de los clubes ingleses ha disgustado a entrenadores como Jürgen Klopp o Pep Guardiola, que hacen frente común pidiendo una ampliación para paliar el desgaste físico de sus plantillas a raíz de la concentración de partidos en el calendario, tras la pandemia.
Otro de los asuntos que se resolvieron en la reunión de la IFAB fue el de los penaltis por mano. Contra el controvertido criterio imperante entre los árbitros durante la temporada pasada, los técnicos concluyeron que no todas las acciones en las que un jugador de campo toca el balón con la mano deben ser juzgadas como faltas. Vuelve a imponerse el principio de “naturalidad”, según la FIFA. Como venían haciendo hasta 2019, los árbitros deberán interpretar el movimiento de la mano del jugador en relación a la posición del cuerpo en la jugada. Solo es sancionable aquella mano que toca el balón por encontrarse en una posición “no natural”.
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