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El cementerio de los Ingleses, entre la punta do Boi y la punta da Cagada, un punto fatídico en el que han muerto 245 marineros.

El litoral que reluce cuando se vuelve gris

Esta región del noroeste de Galicia se apoya en un luminoso parador construido en terrazas para captar visitantes que quieran acercarse a ese mar bravo y caprichoso que la domina a través de una visita a una lonja, un paseo a caballo por la playa y una excursión a un punto fatídico de naufragios

El parador de Santo Domingo de la Calzada, al fondo, y la catedral, a la derecha, en la plaza del Santo.

Todas las formas de patearse la Rioja Alta en otoño

Esta comarca vinícola recibe a andarines de ciudad entusiasmados por el claustro de una abadía cisterciense, a senderistas sorprendidos por los bosques de la sierra de la Demanda y a quienes hacen el Camino. Escojan la ruta que escojan, todas confluyen en Santo Domingo de la Calzada, en cuyo centro histórico sobresalen dos paradores: uno, un antiguo hospital de peregrinos del siglo XII y otro, un convento del XVI

El parador de Fuente Dé, ubicado en el pueblo del mismo nombre, está rodeado de las paredes de roca caliza propias de Picos de Europa. Amantes de coches clásicos, como el Lagonda de la década de 1930 que aparece en primer término, lo eligen como una de sus paradas.

En la vertiente mediterránea de Cantabria

Esta comarca interior se apoya en un teleférico que sube hasta los 1.823 metros en Picos de Europa y en el parador de Fuente Dé, ubicados donde termina una carretera de montaña, para atraer a amantes de los coches clásicos, peregrinos movidos por el Año Jubilar Lebaniego con ganas de caminar bajo el fino sol del otoño y aventureros que se asoman a la escalada en vías ferratas

Un gamo joven en la ruta con guía por Cazorla, Jaén

La sierra de Cazorla para un final de verano

Esta región montañosa de Jaén compite con el litoral apoyada en rutas de senderismo, una fauna vistosa, una iglesia obra de Andrés de Vandelvira y un entorno apacible representado en el parador, desde donde arrancar a andar y terminar para cenar y descansar sin el bullicio de la costa

De secreto mejor guardado a paraíso recuperado

De secreto mejor guardado a paraíso recuperado

Si alguien quiere pisar la montaña más antigua de la península Ibérica tiene que ir a Guadalupe. También si quiere ver espléndidos bosques atlánticos y un cielo límpido por el que pasear por las estrellas. Junto a su monasterio, este pueblo mezcla aventura, ciencia e historia con su parador como vértice desde el que conocerlo todo

Petri Villaescusa, en su finca de viñedos y olivos que tiene en las inmediaciones de Almagro (Ciudad Real).

Los otros colores de la vida en la llanura manchega

Este vivo pueblo conocido por su festival de teatro ofrece más razones para visitarlo: un sorprendente paisaje donde el rojo del suelo contrasta con los campos de olivos y de pistachos y un monasterio convertido en parador en el que ver arte y ver pasar el tiempo

Tres jóvenes miran en sus teléfonos las fotos que se han hecho, en el puente romano de Cangas de Onís.

Oriente de Asturias, una primavera como las de antes

Alrededor del parador de Cangas de Onís, un monasterio benedictino a orillas del Sella, se organizan actividades y excursiones para descubrir cómo vivían y viven los habitantes del lugar. Una forma apasionante y respetuosa de hacer turismo en una zona dominada por la montaña

El parador de Calahorra.

La Calahorra de siempre, más viva que nunca

Esta ciudad fértil de La Rioja Oriental se apoya en una excelente huerta, en su pasado romano y en las actividades socioculturales que suceden en la comarca para, con la ayuda del parador, dejar de ser solo una zona de paso o de negocios y convertirse en un lugar de visita

El parador de La Palma.

La Palma saca lustre al volcán

Esta isla salvaje y frondosa, verde y negra, se apoya en su belleza natural de siempre; en la de ahora, representada en Tajogaite, y en el impulso del parador para recuperar el turismo, tan necesario como el plátano para la supervivencia de los palmeros

El parador de Mazagón (Huelva) se encuentra en primera línea de playa.

Huelva, el verano infinito comienza en otoño

La costa onubense, con sus largas playas de arena fina y dorada, recibe desde septiembre al visitante que busca estar y disfrutar, con el parador de Mazagón como refugio, y al que no quiere parar, con Doñana como espacio natural exclusivo y La Rábida, el origen del viaje que cambió el mundo en 1492

El parador de Lorca.

Lorca, en la ciudad al margen

Este municipio murciano, que se extiende desde el valle del Guadalentín hasta la costa, se apoya en su arquitectura barroca civil, en la sinagoga del siglo XV y en el parador levantado donde se ubica su castillo para sorprender a esos visitantes que quieren salirse del circuito turístico convencional

El parador de Bielsa, enclavado en el valle de Pineta, próximo al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

El Pirineo oscense, para entrar a vivir

En el norte de Sobrarbe, donde se despliega el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, se ubica al final de una carretera el parador de Bielsa, punto y aparte e inicio de otra vida, la que marca una mole calcárea de 3.355 metros que primero sobrecoge y luego acoge a visitantes en busca de una calma activa

El nuevo renacimiento de la ciudad de Cervantes

El nuevo renacimiento de la ciudad de Cervantes

Alcalá de Henares, localidad en la que nació el autor de ‘El Quijote’, transita de zona industrial a polo cultural y turístico de Madrid tras ser nombrada Patrimonio Mundial, la apertura de su parador y los descubrimientos en el yacimiento romano de Complutum

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