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Blogs / Cultura
Del tirador a la ciudad
Coordinado por Anatxu Zabalbeascoa
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Una biblioteca compleja que parece sencilla

Bioclimática, interpretando la cuadrícula del ensanche y relacionando lectura y naturaleza, la nueva Biblioteca García Márquez de Barcelona oculta una gran dificultad constructiva

Fachada de la Biblioteca García Márquez de Barcelona.
Fachada de la Biblioteca García Márquez de Barcelona.Jesús Granada (Architectural)
Anatxu Zabalbeascoa

La Biblioteca Gabriel García Márquez recién levantada en Barcelona, obra del estudio madrileño SUMA Arquitectura, plantea un asunto trascendental en la arquitectura. ¿Hasta dónde el esfuerzo se convierte en suma y cuándo empieza a restar? ¿Es necesario para encajar todas las piezas? ¿Es más táctico elegir un aspecto y desarrollarlo que tratar de optimizar todas las posibilidades de un edificio? En realidad, este proyecto intenta no hacer presente el esfuerzo. El objetivo es hacer sencilla la complejidad —que implica la construcción de cualquier inmueble, por simple que parezca—. Veamos todo lo que se barajó aquí.

Hasta el Poble Nou de Barcelona y el barrio de San Martí se extiende la cuadrícula del ensanche: las manzanas que ideara Cerdá y que, con los chaflanes en las esquinas, dibujan la trama urbana que cohesiona la gran pluralidad de edificios y topografías de las que está hecha Barcelona. La biblioteca se asienta en esa trama y dibuja un voladizo, que cincela el edificio con el corte del chaflán. Son los cortes lo que dibuja la fuerza de su geometría exterior. Cada uno de estos mordiscos geométricos abre un mirador que llena de luz el edificio y permite que la vegetación exterior penetre en él. Así se produce una integración urbana, social, cultural y paisajística.

La vegetación, la luz y la madera caracterizan el proyecto.
La vegetación, la luz y la madera caracterizan el proyecto.Jesús Granada (Architectural)

Pero la forma del edificio es también un reclamo y, por lo tanto, añade otro nivel de complejidad. Los arquitectos de SUMA, Elena Orte y Guillermo Sevillano, quisieron diseñar con pilas de libros abiertos. Explican que “cada libro está creado por una densa estructura de paneles de madera —certificada FSC de reforestación controlada—, orientados en diferentes direcciones”. Esta estructura de madera reduce la huella de carbono y las emisiones de gases de efecto invernadero durante la construcción, al tiempo que limitó también esos tiempos gracias a la prefabricación de los componentes. En la fachada, la envolvente se pliega como las hojas de origami para recordar las columnas de libros apilados. Esos recursos formales actúan a su vez de control solar y visual. Incluso en la cubierta, la envolvente se pliega como una quinta fachada, generando una cubierta ventilada de control térmico. Las lamas son de resina de poliuretano y fibra de vidrio, materiales reciclables que pueden ser reparados o reutilizados si el edificio fuera desmantelado. Ahora la complejidad se densifica mezclando trama urbana, forma y estructura con sostenibilidad. Pero sigamos.

Más allá de la referencia a los libros, la forma del edificio deriva en realidad de su vacío. La biblioteca rodea un patio triangular que conecta todos los usos del programa a la escalera principal. Este gran vacío lleva al edificio algo tan indispensable como los libros en una biblioteca: luz natural. Pero además, el patio funciona como una “chimenea solar”, un recurso particularmente efectivo en ambientes húmedos y cálidos, que absorbe la radiación solar calentando el aire en el interior, que se eleva y se ventila por la parte superior, fomentando la circulación del aire como método de ventilación natural.

El patio central concentra todas las circulaciones interiores.
El patio central concentra todas las circulaciones interiores.Jesús Granada (© Jesús Granada | Architectural)

Esa luz natural, y en realidad la relación con el sol de absorción, aprovechamiento y sombreado y la capacidad aislante de la madera, así como las fachadas y las cubiertas ventiladas, reducen el consumo energético del inmueble. El edificio emplea también paneles fotovoltaicos, en la cubierta, y recupera aguas pluviales —que sirven para regar la vegetación—.

Sin embargo, puede que lo mejor de este edificio sea que el aislamiento de la madera no se siente en la relación con el espacio exterior. Son muchas las zonas despejadas para consulta, estudio y lectura. Estos enormes vanos sin soportes intermedios se han construido con un sistema híbrido de madera y acero que permite grandes espacios abiertos multidisciplinares y flexibles. Y, a la vez, es esa amplitud la que comunica interior y exterior. Y es ahí, en la ligereza final conseguida, donde se esconde la mayor complejidad de este edificio.

Las zonas de trabajo y las más lúdicas están también levantadas con estructura de madera FSC.
Las zonas de trabajo y las más lúdicas están también levantadas con estructura de madera FSC.Jesús Granada (Architectural)

Las losas de forjado, los núcleos verticales de comunicación y servicios, las vigas y las chimeneas de cubierta que encierran los lucernarios, además de los rebajes, recortes, fresados y mecanizados necesarios para incorporar la iluminación, los pasos de instalaciones, la colocación de galces ocultos y junquillos para las particiones de vidrio y la fijación de equipos de extinción de incendios, como las cortinas de humo que cierran el patio principal en caso de emergencia es complejidad que, sin embargo, al estar controlada limpia el edificio y permite que parezca sencillo, liviano, cálido y luminoso.

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