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Combate de premios en las artes escénicas: los nuevos Talía se presentan como los Goya del teatro frente a los Max

La Academia de las Artes Escénicas celebra este lunes la gala de la primera edición de los Talía, coincidiendo con el Día Mundial del Teatro

La actriz Cayetana Guillén Cuervo, presidenta de la Academia de las Artes Escénicas, saluda a su llegada a la lectura de los nominados de la primera edición de los Premios Talía, el pasado 28 de febrero en Madrid.
La actriz Cayetana Guillén Cuervo, presidenta de la Academia de las Artes Escénicas, saluda a su llegada a la lectura de los nominados de la primera edición de los Premios Talía, el pasado 28 de febrero en Madrid.Juan Carlos Hidalgo (EFE)
Raquel Vidales

Este lunes es el Día Mundial del Teatro. Para conmemorarlo se desarrollarán en todo el mundo actividades variadas y en muchos escenarios se leerá el mensaje que cada año emite el Instituto Internacional del Teatro, escrito en esta ocasión por la actriz egipcia Samiha Ayoub. Es también la fecha elegida por la Academia de las Artes Escénicas de España para celebrar la gala de la primera edición de los Premios Talía, que se definen como los “homólogos a los Goya del cine”, según ha manifestado Cayetana Guillén Cuervo, presidenta de la institución. Es decir, los galardones de referencia del sector. Pero esa comparación se ha venido haciendo hasta ahora con los Max, creados en 1998 por la entidad de gestión de derechos de autor SGAE a través de la Fundación SGAE, que se entregarán el 17 de abril. Dos ceremonias similares que serán retransmitidas en directo por La 2 de TVE con solo tres semanas de diferencia. Los Talía desde el Teatro Español de Madrid y los Max desde el Falla de Cádiz, ambos con su alfombra roja previa, aunque con protagonistas distintos porque casi no hay coincidencias en las candidaturas. ¿Cuáles van a ser a partir de ahora “los Goya” de la escena española?

Representantes de las dos instituciones organizadoras aseguran que no hay ánimo de rivalidad. Según Eduardo Galán, vicepresidente primero de la Academia, “los Talía no han venido a competir con los Max, sino a sumar. Cuantas más ocasiones de hacer ruido y dar visibilidad a las artes escénicas, mucho mejor para el sector”, afirma en conversación con EL PAÍS. Rubén Gutiérrez, director general de la Fundación SGAE, coincide en esa visión positiva y da la bienvenida a los nuevos galardones: “Ganamos, no perdemos. Los premios nacen, entre otras cosas, para llamar la atención de los medios de comunicación y del público. Dos galas televisadas son mejor que una para una disciplina que no suele estar bajo el foco”, afirma.

No obstante, ambos reconocen que el hecho de que ambas galas se celebren tan seguidas no es “lo ideal”. Los Max se entregan habitualmente en mayo o junio, pero este año se han adelantado para que no coincidan con la campaña de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, dado que cuentan con el patrocinio del Ayuntamiento de Cádiz. La falta de coordinación entre las dos entidades ha derivado en esta situación “no ideal” que puede tal vez llevar al público a confusión. Aunque Gutiérrez insiste: “Es mejor que haya dos mejores obras del año que una. En el cine hay varios premios seguidos y no pasa nada”. En efecto, en el cine español hay unos cuantos seguidos, pero son sectoriales: los Forqué de los productores, las Medallas CEC del Círculo de Escritores Cinematográficos y los Feroz de los informadores especializados. Pero los de referencia son los Goya. Igual que en las artes escénicas lo son los Molière en Francia, los Tony en EE UU o los Olivier en el Reino Unido.

Foto de familia de los galardonados en los Premios Max de 2022.
Foto de familia de los galardonados en los Premios Max de 2022.Samuel Sánchez

Lo cierto es que sí subyace una guerra de fondo tras la creación de los Talía. Uno de los motivos que impulsaron la fundación en 2014 de la Academia de las Artes Escénicas de España fue la creación de unos premios de referencia para el sector, por lo que ya desde sus inicios emprendió conversaciones con la SGAE para un posible traspaso de la marca Max. Las negociaciones comenzaron en 2015 y derivaron en una colaboración en la edición de 2016 que consistía en que los miembros de la Academia participarían como jurados en la selección de finalistas y ganadores de los Max. La fórmula no funcionó bien porque por entonces la entidad recién creada tenía todavía muy pocos socios (unos 300) y votaron pocos, por lo que la SGAE decidió no repetir el experimento al año siguiente. Las conversaciones para el traspaso continuaron y estuvieron a punto de llegar a buen puerto en 2018, pero la SGAE finalmente no aceptó, entre otras cosas, porque la Academia proponía hacerse paulatinamente con el control total de la organización.

Llama la atención lo diferentes que son las listas de nominados de ambos galardones, a diferencia de los premios de cine, donde suelen producirse muchas coincidencias. Solo se repiten los nombres de Carlos Hipólito entre los finalistas a mejor actor por Oceanía, Israel Galván y Mario Bermúdez Gil en la categoría de mejor intérprete masculino de danza por Seises y El bosque, respectivamente, y Pier Paolo Álvaro en la de mejor vestuario, aunque en este caso por dos montajes diferentes, Twist en los Talía y Ás oito da tarde, cando morren as nais en los Max. No coinciden ni siquiera las producciones candidatas a mejor espectáculo en las distintas disciplinas escénicas.

Las diferencias se deben a varios factores. Por un lado, el sistema de selección de candidatos. Los Max solo consideran los espectáculos registrados en la SGAE, lo que elimina las grandes producciones que replican musicales de Broadway o Londres, que pagan derechos de autor en los países de origen. Aparte de esos títulos, Rubén Gutiérrez estima que son muy pocos los excluidos, aunque no se atreve a establecer un porcentaje porque el sector no ha sido capaz todavía de establecer un protocolo para saber cuántos montajes se estrenan cada año en España. Esa circunstancia ha sido tradicionalmente muy criticada por los profesionales y ha servido de argumento a la Academia para justificar la creación de unos premios que no dejaran fuera a nadie. A los Talía no es necesario presentarse, pues tienen en cuenta todos los títulos estrenados. O más bien, considerando la falta de datos reales, sería más preciso decir que entran todos aquellos de los que la Academia tenga conocimiento.

Foto de familia de nominados a los Premios Talía, durante el acto de su lectura.
Foto de familia de nominados a los Premios Talía, durante el acto de su lectura.Juan Carlos Hidalgo (EFE)

Pero el gran caballo de batalla y lo que marca principalmente las diferencias es el sistema de votación. A lo largo de sus 26 ediciones, los Max han ido probando diferentes fórmulas. Empezaron votando los socios de la SGAE, pero el método fue muy criticado porque se decía en la profesión que ganaba quien más influencia y amigos tuviera, por lo que en 2013 se pasó a un sistema de jurados territoriales para las nominaciones y otro nacional para la designación de los ganadores. Los nombres de los jueces se hacen públicos tras la gala de entrega y a todos ellos se les proporcionan vídeos de los montajes candidatos. “De esta forma nos aseguramos de que todos los espectáculos acceden en igualdad de condiciones, los haya visto mucha o poca gente y procedan de donde procedan. Es cierto que un gran porcentaje se produce en Madrid o Barcelona, pero eso no significa que en otras ciudades no se hagan cosas de calidad”, explica Rubén Gutiérrez.

Críticas del sector por nominaciones ‘madrileñas’

Los Talía arrancan con críticas en el sector precisamente porque la lista de nominados está dominada por Madrid y por la falta de espectáculos de pequeño formato o más experimentales. Los candidatos son designados por jurados “formados por especialistas en las diferentes disciplinas y atendiendo a criterios de paridad y diversidad territorial”, según Eduardo Galán, pero eso no se ve reflejado en el resultado. Sus identidades se darán a conocer también al final del proceso. “Hemos intentado establecer las mejores condiciones, pero no podemos influir en las decisiones de los jurados”, argumenta Galán, cuyo nombre aparece, por cierto, en el apartado de mejor producción de artes escénicas de Nueva York de autoría hispana contemporánea, una categoría sin precedentes. Otro académico con cargo, César Oliva, vicepresidente segundo, es finalista en la categoría de estudios y divulgación. Como mecanismo compensatorio para promocionar las artes escénicas fuera de las grandes capitales se ha establecido también un premio especial que cada año otorgará el Gobierno de una comunidad autónoma. Ha empezado Cantabria, que ha elegido a Antonio Resines, un actor mucho más vinculado al cine que al teatro.

Aunque los galardones se presentan “homologables” a los Goya porque los votan los miembros de la Academia, en realidad solo participan en la fase final. Los 732 miembros que tiene ahora la entidad solo pueden escoger entre los nominados en cada categoría y no se les proporcionan vídeos para que puedan ver los espectáculos, mientras que en los Goya las candidaturas se votan entre todos ―hay un mecanismo especial solo para las categorías más técnicas― y la Academia facilita vídeos. No es posible saber el grado de representatividad de los 732 académicos, pues el sector tampoco tiene un sistema para saber cuántas personas se dedican a las artes escénicas en España. La única pista la da el Instituto Nacional de Estadística, que no tiene un apartado específico de empleados en el sector pero sí de empresas registradas: en 2021 había 4.500 compañías de teatro y 932 de danza. Eduardo Galán asegura que la entidad evaluará el resultado de esta primera edición para introducir mejoras en la siguiente.

Un gran misterio es cómo será la estatuilla que se llevarán los ganadores. Se sabe que la ha diseñado el artista malagueño José Luis Puche y que representa a Talía, diosa de la comedia. Se verá por primera vez en la la ceremonia de esta noche, presentada por Cayetana Guillén Cuervo y a la que tienen previsto acudir políticos como la vicepresidenta Nadia Calviño, el ministro Miquel Iceta o la consejera madrileña Marta Rivera de la Cruz. La Academia promete diversión y espectáculo, de manera que se cumpla el objetivo principal: dar visibilidad a las artes escénicas. Según la última Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales del Ministerio de Cultura, los galardones son el último criterio que se toma en consideración para elegir un libro (solo el 1,3%), un espectáculo de teatro o una película (0,4% en ambos casos). Rubén Gutiérrez replica: “Puede que no influyan directamente en la decisión final, pero la experiencia de los Max nos ha demostrado que muchos espectáculos se relanzan cuando ganan. También han dado a conocer nuevos nombres, consolidar carreras o conseguir financiación para siguientes proyectos”.

Nominados a los Premios Talía

1. Mejor actor de teatro musical: Tiago Barbosa, por Kinky Boots. Antonio Banderas, por Company. Ricky Mata, por Cantando bajo la lluvia.

2. Mejor actriz de teatro musical. Marta Ribera, por Company. Mireia Portas, por Cantando bajo la lluvia. Anna Moliner, por Company.

3. Mejor dirección musical de teatro musical. Arturo Díez Boscovich, por Company. Manu Guix & Andreu Gallén, por Cantando bajo la lluvia. Gaby Goldman, por Matilda.

4. Mejor espectáculo de teatro musical. Company, producción de Teatro del Soho. Cantando bajo la lluvia, producción de Nostromo Live. Next to normal, coproducción de Layers of Reality, Pablo del Campo Global y Grec 2022 Festival de Barcelona.

5. Mejor espectáculo de compañía. Malvivir, de Ay Teatro. Pharsalia, de la compañía Antonio Ruz. Que salga Aristófanes, de Els Joglars.

6. Mejor intérprete masculino de danza. Manuel Liñán, por Pie de hierro. Israel Galván, por Seises. Mario Bermúdez Gil, por El bosque.

7. Mejor intérprete femenina de danza. Rocío Molina, por Vuelta a uno. Luz Arcas, por Mariana. Catherine Couri, por El bosque.

8. Mejor espectáculo de danza. Vuelta a uno, de la compañía Rocío Molina. Pharsalia, de la compañía Antonio Ruz. De Scheherezade, del Centro Coreográfico María Pagés.

9. Mejor espectáculo de circo. Muertos de risa, de Los Galindos. Bürstner’s Club, de DelsAltres. POI, de D’es Tro.

10. Mejor coreografía. Daniel Doña, Manuel Liñán, Marco Flores, Sara Jiménez, Jordi Vilaseca, Miranda Alfonso y Cristian Martín, por Entre hilos y huesos. Antonio Ruz, por Pharsalia. Mario Bermúdez Gil, por El bosque.

11. Mejor intérprete femenina de lírica. Saioa Hernández, por Nabucco. Yolanda Ayuanet, por Roberto Devereux. Nancy Fabiola Herrera, por Roberto Devereux.

12. Mejor intérprete masculino de lírica. Ismael Jordi, por Anna Bolena. Jorge de León, por Aida. Xabier Anduaga, por I puritani y La sonnambula.

13. Mejor espectáculo de lírica. Pelléas et Mélisande, producción del Gran Teatre del Liceu. Juana de Arco en la hoguera y La doncella bienaventurada, coproducción del Teatro Real con la Ópera de Frankfurt. El ángel de fuego, producción de Teatro Real.

14. Mejor música original. Carlos Cuenca, Antonia Jimenez, José Luis López y Paco Cruz, por Entre hilos y huesos. Yayo Cáceres por Malvivir. Moisés Sánchez, por Querencia.

15. Premio de estudios y divulgación. Salón Internacional del Libro Teatral, Grupo de Investigación Siglo de Oro y César Oliva.

16. Mejor iluminación. Juan Gómez Cornejo, por El abrecartas. Olga García, por Pharsalia. Juanjo Llorens, por Los chicos del coro.

17. Mejor escenografía. Betty Cau, por Picaderø. Ricardo Sánchez Cuerda, por La historia interminable. Arturo Martín Burgos, por Rif (De piojos y gas mostaza).

18. Mejor vestuario. Lorenzo Caprile y Marietta Calderón, por El tiempo entre costuras. Tatiana de Sarabia, por Vive Molière. Pier Paolo Alvaro, por Twist.

19. Mejor productora privada de espectáculo escénico. Pentación Espectáculos, Buxman Producciones y Ron Lalá.

20. Premio al mejor espectáculo latinoamericano de artes escénicas. Lo que el río hace, de Hermanas Marull. Soliloquio, de Tiziano Cruz. La traducción, de Matías Feldman.

21. Premio a la mejor producción de artes escénicas de Nueva York de autoría hispana contemporánea. Eva Luna, de Caridad Svich. Lecciones de vida, de Eduardo Galán. Torched! A People Ignited, de Rosalba Rolón.

22. Mejor actor protagonista de teatro. Javier Gutiérrez, por Los santos inocentes. Carlos Hipólito, por Oceanía. Carmelo Gómez, por Las guerras de nuestros antepasados.

23. Mejor actriz protagonista de teatro. Blanca Portillo, por Silencio. Vicky Luengo, por El Golem. Aitana Sánchez Gijón y Marta Poveda, por Malvivir.

24. Mejor actor de reparto de teatro. Luis Bermejo, por Los santos inocentes. Rafa Castejón, por Noche de Reyes. Ernesto Arias, por La vida es sueño.

25. Mejor actriz de reparto de teatro. Goizalde Núñez, por La vida es sueño. Carolina Rubio, por Tea Rooms. Beatriz Argüello, por Queen Lear.

26. Mejor autoría de teatro. Pablo Remón, por Los farsantes. Juan Mayorga, por El Golem. Pablo Messiez, por La voluntad de creer.

27. Mejor dirección de escena. Pablo Remón, por Los farsantes. Laila Ripoll, por Tea Rooms. Alex Ollé, por Juana de Arco en la hoguera y Pelléas et Mélisande.

28. Mejor espectáculo de teatro. Los farsantes, coproducción del CDN y Buxman. Tea Rooms, producción del Teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa. Los santos inocentes, producción de GG y Teatro del Nómada en coproducción con Carallada!!, AJ Claqué, María Díaz Comunicación, Mardo, Juan Carlos Castro, Saga Producciones y Diodati se Mueve.

29. Premios especiales. Premio por el cambio social y la inclusión en las Artes Escénicas: Bob Pop. Premio de honor: Lola Herrera. Premio talento emergente: María Hervás y Sergio Bernal. Premio al reconocimiento del público: El rey león. Premio extraordinario: Antonio Resines.

Nominados a los Premios Max

1. Mejor espectáculo de teatro. Altsasu, de La Dramática Errante. Crim i càstig, de Teatre Lliure. La infamia, de Producciones Come y Calla y Teatro Español. La voluntad de creer, de Buxman y Teatro Español. Zona inundable, de Teatre Nacional de Catalunya.

2. Mejor espectáculo de danza. Al son, de la compañía Sara Cano y Comunidad de Madrid. Archipiélago de los desastres, de Elena Carrascal. El bosque, de Mario Bermúdez Gil. Eta orain zer? ¿Y ahora qué?, de Kukai Dantza. La Reina del metal, de la compañía Vanesa Aibar.

3. Mejor espectáculo musical o lírico. El sobre verde, del Teatro de la Zarzuela. La gata perduda, del Gran Teatre del Liceu. Villa y Marte, de Ron Lalá y Teatros del Canal.

4. Mejor espectáculo de calle. Love, love, love, de Animasur. Maña, de la compañía Manolo Alcántara. Palabras que rompen huesos, de Pagans.

5. Mejor espectáculo para público infantil, juvenil o para público familiar. Bajau, de Ponten Pie. Blancanieves, de La Chana Teatro. El hombre que plantaba arboles / Zuhaitzak landatzen zituen gizona, de Teatro Gorakada.

6. Mejor espectáculo revelación. Cucaracha con paisaje de fondo, de Mujer en Obras. L’abraçada dels cucs / El abrazo de los gusanos, de Cactus Teatre. La caja. Donde la realidad pierde sus límites, de Teatro de La Catrina.

7. Mejor autoría teatral. Esther F. Carrodeguas, por Supernormales. Jesús Muñoz y Pau Pons, por Eclipse total. María Goiricelaya Burón, por Altsasu.

8. Mejor autoría revelación. Desirée Belmonte Pérez, por La caja. Donde la realidad pierde sus límites. Javier Ballesteros, por Cucaracha con paisaje de fondo, Marta Eguilior, por Borderland.

9. Mejor adaptación o versión de obra teatral. Laila Ripoll, por Tea Rooms. María Goiricelaya, por Yerma. Pau Carrió, por Crim i càstig.

10. Mejor composición musical para espectáculo escénico. José Pablo Polo, por El bosque, Pascal Gaigne, por Eta orain zer? ¿Y ahora qué?, Tomás Marco, por Policías y ladrones,

11. Mejor coreografía. Isabel Vázquez por Archipiélago de los desastres. Lali Ayguadé, por Runa. Rafaela Carrasco, por Nocturna, arquitectura del insomnio.

12. Mejor labor de producción. Compañía Manolo Alcántara, por Maña. Noviembre, por Peribáñez y el Comendador de Ocaña. Tanttaka Teatroa, por Sexberdinak–Sexpiertos.

13. Mejor dirección de escena. Iñaki Rikarte, por Supernormales. María Goiricelaya, por Yerma. Xavier Bobés y Alberto Conejero, por El mar: visió d’uns nens que no l’han vist mai.

14. Mejor diseño de espacio escénico. Alessio Meloni, por La cabeza del dragón. Ikerne Giménez, por El cuaderno de Pitágoras. Pablo Chaves, por Cucaracha con paisaje de fondo.

15. Mejor diseño de vestuario. Almudena Rodríguez Huertas, por Rif (de piojos y gas mostaza). Marcel Bofill y Nahoko Maeshima, por Bajau. Pier Paolo Álvaro, por Ás oito da tarde, cando morren as nais.

16. Mejor diseño de iluminación. Carlos Marquerie, por Oro negro. David Bernués, por Eta orain zer? ¿Y ahora qué? Laura Clos Closca, por Rojos.

17. Mejor actriz. Ane Pikaza, por Yerma. Marta Nieto y Marina Salas, por La infamia. Pepa Pedroche, por Los santos inocentes.

18. Mejor actor. Alfredo Noval, por La vida es sueño. Carlos Hipólito, por Oceanía. Pere Arquillué, por L’adversari.

19. Mejor intérprete femenina de danza. Catherine Coury, por El bosque. Lali Ayguadé, por Runa. Vanesa Aibar por La Reina del Metal.

20. Mejor intérprete masculino de danza.Israel Galván, por Seises. Lisard Tranis, por Runa. Mario Bermúdez Gil, por El bosque.

21. Premios especiales. Premio de honor: Tricicle. Premio de carácter social: Payasospital.

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Sobre la firma

Raquel Vidales
Jefa de sección de Cultura de EL PAÍS. Redactora especializada en artes escénicas y crítica de teatro, empezó a trabajar en este periódico en 2007 y pasó por varias secciones del diario hasta incorporarse al área de Cultura. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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