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Juan Mayorga se adentra en la comedia con la ácida e hilarante ‘Amistad’

José Luis García-Pérez, Ginés García Millán y Daniel Albaladejo interpretan la nueva obra del dramaturgo, que se desarrolla en un velatorio

De izquierda a derecha, el actor Ginés García-Milán, el dramaturgo Juan Mayorga y los actores José Luis García-Pérez y Daniel Albadalejo posan en la presentación de 'Amistad', el pasado 20 de enero.
Rocío García

Tres hombres de riguroso luto en un velatorio. Son amigos de la infancia que todavía se siguen llamando por sus apellidos, como en el colegio: Dumas, Manglano y Ufarte. Han compartido durante años juegos y risas, también algún que otro contratiempo. Y hoy, frente a un ataúd, deciden enfrentarse a un juego peligroso que quizás sea el último que compartan. Con esta historia, el dramaturgo y académico Juan Mayorga, último ganador del Premio Princesa de Asturias de las Letras, se ha adentrado en la comedia pura y clara. La obra se estrena por primera vez el próximo jueves en Madrid, en las Naves del Español en Matadero, donde se representará hasta el 5 de marzo, para luego iniciar una larga gira. El actor José Luis García-Pérez dirige e interpreta junto a Ginés García Millán y Daniel Albaladejo este montaje desternillante, ácido y macabro, toda una fiesta teatral, que hurga en las verdades y heroicidades de la vida y que depara más de una sorpresa que es mejor no desvelar.

El humor siempre ha estado presente en la obra de Juan Mayorga (Madrid, 57 años), incluso en textos como Himmelweg, que se desarrolla en un campo de concentración, El chico de la última fila, sobre el conflicto de un adolescente, o Reikiavik, brillante duelo entre dos campeones del ajedrez, pero nunca de manera tan patente y directa como en Amistad. Dice su autor que nunca se pone a escribir pensando en el género. Que son los personajes y las situaciones las que van demandando su forma. Lo que queda claro, después de asistir a un ensayo de esta función, es que la pandemia, periodo en el que escribió Amistad, le condujo por los derroteros de la comedia. “No sé si tengo gracia y ni siquiera sé si soy simpático, tengo muchas dudas a este respecto y algún hijo mío más todavía, pero cuando alguna vez digo que las fuerzas que intento convocar en el teatro son acción, emoción, poesía y pensamiento, alguien siempre me dice que falta el humor. Y le contesto diciendo que el humor está en la emoción y en el pensamiento”, explica Mayorga.

A su lado está el actor José Luis García-Pérez (Sevilla, 50 años), que con este montaje se estrena como director en un gran teatro. “Es un sueño dirigir y empujar el humor que late en Mayorga. Es una obra que permite que el espectador se convierta en un testigo privilegiado, abriendo una ventana para que el público entre en el mundo interior de estos tres hombres y sea participe de esta reunión psicomágica en la que la intimidad salta por los aires”, apunta García-Pérez, que conoce bien el teatro de Mayorga, con el que ha trabajado en funciones como El mago o El cartógrafo.

Sí reconoce el autor que Amistad ―se sabe que Mayorga nunca sale de casa sin un lápiz y un pequeño cuaderno en el que va apuntando frases o ideas que escucha de la gente― es el texto que más se ha nutrido de los ecos de la calle y de sus propios recuerdos. “Es mi texto quizás más callejero y de un humor más blanco, una obra que surge de la escucha y de la memoria”, dice el dramaturgo y también director artístico del Teatro de la Abadía de Madrid, que está en plenos ensayos de su próxima obra, María Luisa, que dirige él mismo y estrenará la Abadía a finales de abril. Y para ejemplo esta frase que él oía de niño de compañeros del colegio: “¿Qué es el viento? Las orejas de Mayorga en movimiento”. Recuerda que le dolía cuando eran sus amigos los que la coreaban, pero ahora se ríe de ella y de muchas más cosas reales de la vida, en lo que él considera un “juego especial que pone en juego la amistad misma pero que, al mismo tiempo, puede contribuir a sellar y hacer que esa amistad sea más fuerte que nunca”. El velatorio, ese lugar macabro y doloroso, sirve aquí de acicate para que esos amigos lancen al aire todos sus recuerdos, inquietudes, sus odios y amores sin ningún tipo de red, sabiendo como saben que algún día uno de los tres cargará con la ausencia y la memoria de los otros.

De izquierda a derecha, José Luis García-Pérez, Juan Mayorga, Ginés García Millán y Daniel Albadalejo.
De izquierda a derecha, José Luis García-Pérez, Juan Mayorga, Ginés García Millán y Daniel Albadalejo. Andrea Comas

“Es radicalmente un retrato de la amistad masculina”, reconoce García-Pérez, aunque en la función “sobrevuele” una mujer. “A los hombres en general nos cuesta sentarnos a hablar de nuestras cosas más íntimas, mucho menos con la profundidad que muestran aquí. Estos tres amigos necesitan construir un juego y montar esta parafernalia para encararse con la amistad y confesar toda su verdad”, explica el director, que ha buscado y contado en todo momento con los consejos y reflexiones del autor, que es amigo desde hace años. “No soy un fiscal del texto ni vigilante de ninguna ortodoxia, lo que pretendo es ser un miembro más del equipo”, apunta a su lado Mayorga.

Y si la muerte sobrevuela en todo momento la función, lo hace lejos del derrotismo consustancial a ella. Toda una filosofía de vida que defiende Mayorga cuando afirma que “la conciencia de que somos mortales ha de llevarnos a reírnos más, a gozar más y a querer más. Ser mortal no significa que podrías morir mañana, sino que pudiste morir ayer y por ello hoy tiene que ser un día de celebración. Nuestra conciencia de mortalidad, fragilidad y extrema vulnerabilidad no me lleva a la melancolía, sino al disfrute de la vida y la amistad”.


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