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Micromachismo, panetone, mamitis y conspiranoico, entre las nuevas palabras del ‘Diccionario de la lengua española’

La RAE presenta la actualización 23.6 del catálogo, en su versión en línea, que suma 280 términos. Las novedades incorporan tres propuestas del fallecido escritor y académico Javier Marías

Actualizacion catalogo RAE
El director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, y la académica Paz Battaner, en la rueda de prensa en la que han informado de la actualización del 'Diccionario'.JAVIER LIZÓN (EFE)
Manuel Morales

Como cada año por estas fechas, el consumismo se dispara, se come y se bebe de más, se sueña con los millones de la lotería de Navidad y la Real Academia Española (RAE) da a conocer las novedades del Diccionario de la lengua española (DLE), esta vez en su versión 23.6, solo en línea, porque para la próxima de papel, la 24ª, habrá que esperar a 2026. Entre las 280 palabras que se incorporan al Diccionario destacan micromachismo, panetone, monodosis, mamitis, micromecenazgo, conspiranoico, puntocom, videojugador, y expresiones como vida útil, materia oscura, sesión golfa u obsolescencia programada.

El director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, ha subrayado en la presentación que esta versión aporta 3.152 novedades, entre palabras que entran, cambio de redacciones de las definiciones, actualizaciones de esos textos... y que todas se acuerdan “con las otras 22 academias del español en el mundo y pasan por las cinco comisiones de la institución”. Muñoz Machado ha querido destacar las modificaciones introducidas por iniciativa del escritor y académico Javier Marías, fallecido el 11 de septiembre: hagioscopio, que es la abertura o pequeña ventana hecha en la pared de una iglesia, desde donde se puede ver el altar; otra es una adición al término traslaticio como relativo a la traducción, y una nueva acepción, sobrevenido, como adjetivo que significa impostado, artificial.

La directora de la 24ª edición del Diccionario, la académica Paz Battaner, se ha encargado de anunciar las principales novedades de una obra que tiene unos 1.000 millones de visitas al año en su versión en internet. Así, empezando por algo propio de estas fechas, entra en el Diccionario panetone y, en su versión americana, panetón, como “bizcocho navideño de origen italiano”. En el ámbito del género, entendido como grupo al que pertenecen los humanos de cada sexo, llega algo que sufren a diario muchas mujeres: micromachismo, “la forma de machismo que se manifiesta en pequeños actos o expresiones, habitualmente inconscientes”. Relacionado con las mujeres y sus hijos ahora está también mamitis: excesivo apego a la madre. Sobre esto, Muñoz Machado matizó que no se ha incluido “papitis, no porque no lo haya, sino porque no se ha documentado”. Otra adición sobre los humanos es edadismo, la discriminación por razón de edad de personas mayores.

Videojugador, monodosis y marcha nórdica

La afición a los videojuegos en jóvenes y en los que no lo son tanto ha impulsado la introducción de videojugador, como persona que juega a videojuegos de forma habitual. Relacionado con ese mundo está la palabra puntocom, adjetivo para las empresas que desarrollan su actividad en internet. Ejemplo de una palabra de la que sorprende que no estuviese antes. Como obsolescencia programada, cuando hace tiempo que hay empresas que establecen el final de la vida útil de un producto desde su fabricación.

En el campo de la medicina hay asimismo novedades. Cuando vamos a la farmacia hay medicamentos que compramos en monodosis, nombre femenino que entra como “dosis única”. O cromoterapia, el empleo de los colores para mejorar el estado anímico. En esta época de pandemia, ha sido habitual oír la palabra conspiranoia, como la tendencia a interpretar los acontecimientos por alguna conspiración. Ya está en el Diccionario con su derivada, conspiranoico. En el ocio, con tantas personas en los gimnasios en busca de buena forma física, se ha incluido isquiotibial, por los músculos situados en la parte posterior del muslo y que tantos quebraderos dan a los futbolistas, por ejemplo. Al deporte se suman, entre otros términos, mediofondo y marcha nórdica, la práctica de resistencia en la que se camina con la ayuda de dos bastones.

Hay también especies animales que se añaden, como mantarraya, por el pez de aguas cálidas de gran tamaño y dos cuernos carnosos cerca de la boca. Dentro de la acepción de cerdo, se suma el cerdo vietnamita, “de color negro, talla pequeña y de papada y vientres caídos”. Quien sabe si el que George Clooney tuviera uno haya acelerado esta incorporación. Vinculado a todo esto, sobrepesca, la pesca que pone en riesgo el restablecimiento de las especies capturadas.

Una palabra de uso habitual vinculada a la buena voluntad es micromecenazgo, como “financiación de un proyecto mediante la participación de un gran número de personas que contribuyen con aportaciones pequeñas de dinero”. También entra micromecenas.

De la economía, a la política, para sumar la voz anticomunitario, como contrario a la Unión Europea. Y transparente y opaco, que ya existían, suman el significado relativo a la información que proporcionan instituciones sobre su funcionamiento o el conocimiento que se tiene de determinados procesos, ya sean más claros o menos.

Si se salta a la literatura, se incorporan antropónimos (nombre propio de una persona). O sea, que a los conocidos kafkiano o valleinclanesco, por ejemplo, se agregan cortazariano, relativo al autor de Rayuela, y garciamarquiano, para el de Cien años de soledad. Portuñol, para definir el habla que mezcla español y portugués; violagambista, el músico que toca la viola de gamba, y sesión golfa, para las funciones que empiezan en la madrugada, se incorporan en la cultura y las artes.

Varios gentilicios se unen al Diccionario, elaborado con la ayuda del Ministerio de Ciencia e Innovación y la Fundación La Caixa, ha recordado Muñoz Machado: sursudanés, para Sudán del Sur; rabatí, para la capital marroquí; emiratí, de los Emiratos Árabes, y yemenita, que en este caso se suma a la existente yemení. Siguiendo con países, desde México se ha pedido que las definiciones que incluían la referencia a México DF pasen a mencionar el nuevo nombre de la capital, Ciudad de México.

Hay novedades además en las formas complejas, como salvar los muebles (evitar un fracaso total) y quiero y no puedo, esta como pretensión de parecer mejor de lo que se es. Y coloquialismos, como gusa, cuando se tiene mucha hambre; rular, por algo que funciona o marcha bien, y pota, por vómito (todos sólo usados en España). Pero de América llegan otros coloquialismos: como ma, para mujer o mama, o forro, para aquella persona muy atractiva (en México).

Como la lengua evoluciona, verbos tan habituales como ir también se modifican. Battaner ha explicado sus cuatro acepciones nuevas: ir, como vestir de una determinada manera; o dicho de un libro o película cuando se pregunta “de qué va”; también, aparentar una actitud: “Va de simpática”, o cuando se llama la atención sobre algo: “El día va hoy de sustos”.

En todas estas modificaciones tienen mucho peso los medios de comunicación, ha incidido Battaner, que ha puesto un par de ejemplos: la costumbre, sobre todo radiofónica, de llamar mercurio a la temperatura meteorológica; y lo de nombrar como temas a las composiciones musicales modernas. Ambas son novedades.

Igualmente de música trata una de las modificaciones de la palabra corte, que incorpora el significado relativo a las composiciones que hay en un disco. Asimismo, suma el de la interrupción en una emisión televisiva o radiofónica para la publicidad; el nivel entre los clasificados de un concurso para ser seleccionados: “Los aspirantes no pasaron el corte”; y los más veteranos recordarán una acepción que parece mentira que no estuviera: “Trozo de helado que se corta de una barra y se come entre dos galletas”.

Battaner ha recordado que se siguen buscando por los usuarios palabras que, aunque puedan decirse, no son correctas, como haiga, del verbo hacer, que se ha llegado a consultar casi 7.000 veces en un mes, vaya a saber por qué. “Es una leyenda urbana que en el Diccionario aparezcan las formas incorrectas”. Pero, ojo, que sí hay un haiga, referido al automóvil grande y ostentoso, un término corriente en los años cincuenta, sobre todo para indianos llegados a España con dinero de los que se decía, con mofa y envidia, que cuando iban a comprar un vehículo a un concesionario decían: “Quiero el coche más grande que haiga”.

El congreso de la lengua de Perú

El director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, fue preguntado durante la presentación de la actualización del Diccionario por el próximo congreso de la lengua española, que se celebrará a finales de marzo de 2023 en Arequipa (Perú), dada la convulsa situación política y social del país. "El congreso va adelante y no se contempla que no se celebre salvo por la inestabilidad política del país. La situación es delicada y el propio Gobierno peruano podría decidir no celebrarlo; o también las academias en su conjunto, con las que estamos en contacto". Toca esperar.


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Manuel Morales
Periodista de la sección de Cultura, está especializado en información sobre fotografía, historia y lengua española. Antes trabajó en la cadena SER, Efe y el gabinete de prensa del CSIC. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y máster de Periodismo de EL PAÍS, en el que fue profesor entre 2007 y 2014.

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