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El Sónar 2023 anuncia a Richie Hawtin, Laurent Garnier o The Blessed Madonna entre sus primeros artistas invitados

La electrónica aplicada al baile articula una edición con vocación festiva que entroniza a los ‘disc-jockeys’ y celebra los 30 años del certamen

Richie Hawtin, en una imagen promocional.

El baile y la diversión servidos por la electrónica más festiva, con notable inclinación hacia el house y el techno. Esta es la base conceptual con la que el Sónar se apresta a celebrar su trigésimo cumpleaños que tendrá lugar en Barcelona entre el 15 y 17 de junio. Hoy mismo el festival ha dado a conocer alguno de los nombres significativos del cartel, además de notificar una remodelación en términos de comodidad del Sonar Village, el escenario diurno al aire libre y uno de los epicentros del festival. Según ha indicado Enric Palau, uno de los directores del festival, el Sónar ha decidido volver a sus raíces más ortodoxas, la electrónica estricta, reivindicar la cultura de club y al disc-jockey como oráculo, esto dentro de los parámetros de un certamen siempre heterodoxo en el cual el principal activo, incluso por encima de los cabezas de cartel, es el evento en sí mismo. Se puede decir que en tres décadas de historia el Sónar es el artista más importante del Sónar.

Aún con todo, referentes del certamen como Richie Hawtin o Laurent Garnier destacan por su popularidad y de nuevo son reclamados por el festival para dar zapatilla a su público. También The Blessed Madonna, la dj nacida en Chicago, una de las grandes del house, remezcladora de Dua Lipa en Club Future Nostalgia y defensora de los derechos LGBTIQ+, al fin y a la postre el house nació en clubs de estos ámbitos, y que ya el año pasado se encargó de cerrar el festival concitando la luz diurna en su última jornada. Otro conocido del festival, el artista visual y compositor electrónico Ryoji Ikeda, quien utiliza la arquitectura de las matemáticas para elaborar sus obras, fundamentadas en el sonido puro y en el minimalismo, estará entre los invitados a celebrarán el aniversario del Sónar. Kode 9, alias de Steve Goodman, músico y responsable del influyente sello Hyperdub que lanzó la carrera de Burial, es otra de las figuras del festival con su dubstep salpimentado con grime, jungle, garaje y otros estilos con gran predicamento en Reino Unido. Dentro del ámbito más afilado y anguloso destaca Oneohtrix Point Never, el fascinante proyecto del estadounidense de origen ruso Daniel Lopatin, aquí popularizado por su colaboración con Rosalía en Nothing’s Special y por haber sido director musical de la Super Bowl del 2.021, la de The Weeknd. Defendiendo una amplia paleta de estilos con espíritu experimental, cree que cada canción es una oportunidad de asustar a alguien. Al margen de futuras incorporaciones al cartel, estos serían algunos de los nombres más populares, aunque el festival ha incluido referentes que cuentan con gran proyección en el extranjero y una creciente fama en España.

Sería el caso de artistas como Koreless, escocés que aplastó con un set impecable y de imprevisible desarrollo en el Sónar CCBB del año pasado (fue un Sónar extra con diferente formato). También el año pasado publicó el excelente álbum Agor. Más artistas que prometen presencias significativas son Shygirl, artista de amplio registro que para su reciente y estupendo disco de debut, Nymph, ha contado con la ayuda de Arca, Sega Bodega y Mura Masa entre otros artistas. Bicep, dúo irlandés, es otro de los referentes importantes, ya que su música, pura euforia pensada para multitudes, encaja perfectamente con el espíritu de un festival que quiere celebrar su existencia. La diseñadora e influencer surcoreana Peggy Gou, afincada en Berlín, es una garantía de deep house, techno y dance con aires de los noventa, como Amelie Lens, disc-jockey belga, lo es de techno, la nativa de Chicago Honey Dijon lo es de house, así como el bosnio-alemán Solomun, también adepto al techno más amable.

Cabe también destacar finalmente a la sueca Karin Dreijer, nombre que se esconde tras Fever Ray y tras The Knife junto a su hermano. Como Fever Ray, Drejier apuesta por un pop electrónico de ritmo bajo y anguloso presentado con teatralidad que no se veía en directo desde 2.018. En marzo se espera nuevo disco, de forma que en el Sónar tendrá opción de presentarlo. En el ámbito nacional destaca Marina Herlop, una artista de Piera (Barcelona), con formación pianística y un ambicioso proyecto musical en las antípodas de la comercialidad que ha sido definido como un cruce entre Kate Bush y Arca con pinceladas de Björk y que tiene un amplio margen de proyección internacional y Desert, el dúo barcelonés entre el pop y lo experimental. En suma, un avance de cartel que opta por presentar nuevos talentos y que ha sido presentado con una campaña gráfica que mediante procedimientos de inteligencia artificial mezcla las imágenes de los 30 años de festival con sonidos de Fennesz, uno de los referentes del ruido hecho belleza.

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