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Diez hitos del cine LGTB+ más allá del arcoíris

En sus más de 100 años de historia, el séptimo arte tardó en normalizar la homosexualidad dentro de la ficción popular. En esta lista proponemos algunas películas, de antes y de ahora, que han contribuido a romper tabúes y estereotipos

Mahershala Ali y Alex R. Hibbert, en un momento de 'Moonlight'.
Elsa Fernández-Santos

Al cine le costó salir del armario. En sus más de 100 años de historia, el séptimo arte tardó en normalizar la homosexualidad dentro de la ficción popular. Sin un reflejo real en la pantalla, acabó escondida en todo tipo de subterfugios narrativos o en películas experimentales y underground como Fireworks (1947), de Kenneth Anger, o la joya japonesa Funeral Parade of Roses (1969), de Toshio Matsumoto. Amordazado tras el código Hays, al Hollywood más abierto no le quedó otra que esquivar la censura bajo cuerda. Para el gran público solo quedaba leer entre líneas, como en el amor-odio entre Messala y Ben-Hur en la película de William Wyler. El cine europeo siguió su propio rumbo, en gran medida gracias a la profética y trágica figura de Pier Paolo Pasolini, cuya Trilogía de la vida, especialmente Las mil y una noches, mostraban una libertad sexual alejada de cualquier convención. El cine de Almodóvar o películas como Los juncos salvajes, de André Téchiné, ensancharon el camino. Cuesta creer que hasta el siglo XXI no existiese un icono LGTB+ como Omar Little, el inolvidable Robin Hood negro y gay de la serie The Wire. En esta lista proponemos algunas películas, de antes y de ahora, que han contribuido a romper tabúes y estereotipos.

- Tierra de Dios (2017)

Tierra de Dios es una de las historias de amor más puras y profundas del cine reciente. La ópera prima del británico Francis Lee fue toda una sorpresa que se calificó como el Brokeback Mountain inglés. La historia de amor entre dos jóvenes granjeros que descubrían su pasión, digna de Cumbres borrascosas, en medio de los páramos de Yorkshire, era también una crítica a la xenofobia estructural de Inglaterra a través de dos hombres, impresionantes Josh O’Connor y Alec Secareanu, que resolvían entre ellos algo más que su tensión sexual.

- Tangerine (2015)

Pocos cineastas han logrado integrar los nuevos lenguajes con la sensibilidad y audacia del estadounidense Sean Baker. Rodada con un iPhone, Tangerine relata la historia de dos amigas, prostitutas trans, que se reencuentran en la calle en la víspera de Navidad y después de que una de ellas salga de la cárcel. La luz, el color, la frescura y el humor con el que Baker se compromete con sus personajes, siempre en los duros márgenes de su país, enamoró a sus fieles.

- Marruecos (1930)

Los dos grandes iconos lésbicos del Hollywood clásico, Marlene Dietrich y Greta Garbo, se forjaron gracias a películas como La Reina Cristina de Suecia (1933), de Rouben Mamoulian, en la que Garbo daba vida a la reina que vestía de hombre y besaba en la boca a sus criadas y, tres años antes, Marruecos, la apasionante fantasía de Josef Von Sternberg, que en una de sus secuencias más famosas presentaba a Dietrich vestida de hombre, con frac y chistera, besando a otra mujer y explotando como nadie su bella ambigüedad sexual.

- Rebelde sin causa (1955)

Asesinado en 1976 por un delincuente común, Sal Mineo tenía 37 años y se había convertido en uno de los primeros actores de Hollywood que se atrevió a airear en público su homosexualidad. Su papel junto a James Dean y Natalie Wood en Rebelde sin causa, de Nicholas Ray, fue crucial porque representaba a un chico gay que en su taquilla de instituto guardaba una fotografía de Alan Ladd, ídolo de los años cincuenta y protagonista de uno de los grandes westerns de la historia, Shane, y estaba enamorado de su mejor amigo, Dean.

- Cabaret (1972)

Este año se cumplen 50 años del musical de Bob Fosse que revolucionó el género. Una película que nacía del emotivo Adiós Berlín, crónica del homosexual británico Christopher Isherwoord sobre el Berlín anterior al nazismo, una ciudad que en el periodo de entreguerras se convirtió en bandera de la noche y la transgresión sexual. Inspirado en Isherwoord, el actor Michael York daba vida a un bisexual que asistía en directo al auge del fascismo que acabaría con toda aquella fiesta y libertad.

- La ley del deseo (1987)

Desde el cartel de la película creado por Ceesepe a la icónica secuencia de la manguera en la calle Conde Duque de Madrid, todo el erotismo de este filme, su loca y barroca pasión, se cerraba con fuego y el bolero Déjame recordar de Bola de Nieve. La ley del deseo es un hito dentro de la filmografía de Pedro Almodóvar, un filme que rompió muchos límites sobre los nuevos modelos familiares, las mujeres trans y la homosexualidad.

- Paris is burning (1990)

La polémica rodeó a su directora, Jennie Livingston, acusada por algunas de las protagonistas de este fascinante documental de lucrarse con su historia, pero eso no resta interés a la película que mostró la subcultura afrolatina y queer de los ballrooms y el voguing, danza underground inspirada en las poses de las revistas de moda que acabaría fagocitando Madonna en el video de David Fincher Vogue.

- La calumnia (1961)

Adaptación de la obra teatral de Lillian Hellman The children’s hour, William Wyler dirigió este melodrama sobre dos profesoras, Audrey Hepburn y Shirley MacLaine, acusadas por una alumna de ser amantes. Wyler la rodó justo después del estreno de Ben-Hur, en el que él y Gore Vidal urdieron que la rivalidad entre el judío Ben-Hur y el romano Messala venía de una pasión de adolescencia mal resuelta, una historia de amor que solo podía acabar como un duelo a vida o muerte. Por cierto, La calumnia tuvo mucho de ajuste de cuentas: era la segunda vez que Wyler adaptaba la obra de Hellman, pero 25 años antes el Código Hays había destrozado el guion.

- Moonlight (2016)

Barry Jenkins es uno de los grandes directores del cine actual y Moonlight fue la confirmación de su talento. Dividida en tres episodios, e inspirada parcialmente en la propia juventud de Jenkins y en su relación con su madre drogodependiente, la bella historia de amor que cuenta entre dos amigos que toman rumbos opuestos en la vida, alcanzaba su clímax mientras sonaba el Hello Stranger de Barbara Lewis. Más romántico imposible.

- El mago de Oz (1939)

Si existe una película LGTB+ por antonomasia, esa es El mago de Oz, canto feliz a la diferencia, cualquier diferencia, y a la incansable lucha por sus derechos. El clásico de Hollywood, firmado en 1939 por Victor Fleming, está protagonizado además por uno de los grandes iconos queer de la historia, Judy Gardland, cuyo funeral el 27 de junio de 1969 fue justo un día antes de las protestas de Stonewall y, para muchos, la raíz de su brote. Su legendario Somewhere over the rainbow es un himno que, junto a la bandera del arcoíris, concentra todo el orgullo LGTBIQ+.

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Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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