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Los premios Tony apuestan por el clásico ‘Company’ frente al musical experimental ‘A Strange Loop’

‘The Lehman Trilogy’, dirigido por Sam Mendes, arrasa en las categorías de teatro de texto en los galardones de Broadway

Jaquel Spivey, protagonista de 'A Strange Loop', durante su interpretación en los Tony en el Radio Music Hall el 12 de julio.Foto: MARC J. FRANKLIN (AP)
Tom C. Avendaño

La 75ª edición de los premios Tony, que destacan lo mejor de los teatros de Broadway, dejó anoche dos grandes ganadores: el extraño y oscuro musical experimental A Strange Loop, sobre la alienación de un hombre negro, obeso y gay en un mundo que es todo lo contrario, y la nueva reposición de Company, el clásico de Stephen Sondheim de 1970 sobre la soledad y sus remedios. Pero no todos los ganadores aquí son iguales: A Strange Loop, una obra innegociablemente afroamericana que tras estrenarse en Chicago en 2020 se había convertido en el primer musical de la historia en ganar el Pulitzer sin pasar por Broadway (y el décimo en hacerlo en general), estaba nominado a 11 premios y se llevó dos: mejor obra musical y mejor libreto para musical. Company, tres veces reestrenado en Broadway sin contar con esta, optaba a nueve. Ganó seis (mejor reposición, dirección, actor, actriz y diseño escénico). Si hacía falta un recordatorio de las dificultades que tiene esta comunidad para salir de su propio pasado y mirar hacia el frente, la gala celebrada en el Radio Music Hall de Manhattan ofreció uno cristalino.

La tercera pata de la ceremonia, el teatro no musical, tuvo un campeón indiscutible: The Lehman Trilogy, obra escrita por Stefano Massini y Ben Power y dirigida por Sam Mendes (American Beauty, 1917), que resume los 164 años de historia de Lehman Brothers para explicar su desplome en 2008, ganó ocho Tony, irónicamente, varios de ellos (obra, actor, director, diseño escénico, de la mítica Es Devlin) en las mismas categorías a las que optó, sin éxito, a los Olivier cuando se estrenó en el National Theatre de Londres en 2019. Hay que sumarle, además de varios técnicos, mejor guion.

El choque entre el pasado y el presente, al que Broadway vuelve con frecuencia y tesón burgueses, era especialmente inevitable este año. Era la primera ceremonia tras el parón de la covid, que mantuvo los teatros cerrados hasta prácticamente el pasado septiembre (la industria ha generado en estos meses beneficios de 845 millones de dólares, en la temporada anterior fueron 1.800) y la gala debía lanzar el mensaje de que el Broadway de siempre ha resistido a la pandemia. También eran los primeros premios tras la muerte, en noviembre, de Stephen Sondheim, el revolucionario compositor y letrista, una pérdida que la comunidad todavía no ha empezado a superar. Premiar su Company, una obra que –como casi todas las que llevan su firma– solo ha ganado prestigio con los años, ofrecía la posibilidad de un momento catárquico necesario, una última celebración. Pero esa decisión dejaba en la sombra al sobresaliente talento nuevo que podía verse beneficiado por la visibilidad que regalan los premios. En la categoría de mejor actriz secundaria, por ejemplo, competía por primera vez una mujer trans, L Morgan Lee por A Strange Loop. Ganó Company: la legendaria Patti LuPone, nada menos, se llevó su tercer Tony en 50 años de carrera, el segundo por un papel vinculado al maestro Sondheim (tras Gypsy en 2008).

Patti LuPone recoge el Tony a mejor actriz secundaria por 'Company', en la 75 edición de los Tony.
Patti LuPone recoge el Tony a mejor actriz secundaria por 'Company', en la 75 edición de los Tony.BRENDAN MCDERMID (REUTERS)

El apoyo del establishment a A Strange Loop, una obra difícil y personal, financiada por asociaciones sin ánimo de lucro y escrita a lo largo de 20 años por un compositor, Michael R. Jackson, sumido en la precariedad, quedó pues registrado pero no afianzado. Habría sido histórico que una historia autobiográfica escrita por un hombre negro para espectadores negros, que bebe del Chitlin’ Circuit (los teatros para afroamericanos que no podían acudir al de los blancos) y suena a Joni Mitchell, hubiese ganado más premios que dos justitos. La producción, explícita y sin apenas trama (casi todo ocurre en la cabeza del protagonista), explora el bucle infernal de vivir aislado por un mundo racista y homófobo y cuánto se puede odiar a sí mismo un individuo por ello.

En el número final, por ejemplo, ese protagonista delira que toda su homófoba familia se junta para cantarle que el sida es un castigo que Dios lanza a los maricones como él. Le llaman traidor a su propia negritud por ver con ojos críticos obras como El color púrpura o 12 años de esclavitud y en el fondo él asume que un poco lo es, pero porque siendo sinceros, los hombres blancos de la obra, monstruosos todos, a él le despiertan una malsana envidia y, vistos a través de Grindr, incluso deseo. “Lo escribí en una época en la que no sabía qué hacer con mi vida. No sabía cómo iba a tirar para adelante. Me sentía invisible. No escuchado. Malentendido. Solo quería crearme un bote salvavidas para mí mismo como hombre negro y gay”, explicó Jackson al recoger el premio al mejor libreto. La orquesta, por cierto, interrumpió su discurso.

Michael R. Jackson recoge el premio al mejor musical por 'A Strange Loop'.
Michael R. Jackson recoge el premio al mejor musical por 'A Strange Loop'. BRENDAN MCDERMID (REUTERS)

Hubo, sin embargo, notables toques de diversidad en la ceremonia. La presentadora fue Ariana DeBose, que ganó el Oscar por su papel de Anita en el West Side Story de Spielberg, la primera mujer queer de color en hacerlo. “Me parece que la frase Great White Way [el Gran Camino Blanco, mote por el que se conoce Broadway] se está quedando obsoleta”, observó. Joaquina Kalukango obtuvo la mayor ovación de la noche (y el Tony a mejor actriz de musical) al cantar el himno Let It Burn, del musical sobre la guerra civil estadounidense Paradise Square. Fue sin duda el momento más celebrado en redes sociales, porque el homenaje a la adorada Angela Lansbury, que recibía el Tony por toda su carrera en las tablas, no fue televisado. La actriz, de 92 años, no asistió a recoger el premio.

En la categoría de musical, A Strange Loop venció a Six, una obra en forma de concierto de girl band cuyas componentes son las seis esposas de Enrique VIII; Mr. Saturday Night, adaptación de Billy Crystal de una película menor que él mismo dirigió y estrenó en los noventa; la mencionada Paradise Square y los jukebox musicals MJ, y Girl From North Country, con canciones de Michael Jackson y Bob Dylan respectivamente. The Lehman Trilogy derrotó a las nuevas producciones Clyde’s, de Linn Nottage; Hangmen, de Martin McDonagh, The Minutes, de Tracy Letts y Skeleton Crew, de Dominique Morrisseau.

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Sobre la firma

Tom C. Avendaño
Subdirector de la revista ICON. Publica en EL PAÍS desde 2010, cuando escribió, además de en el diario, en EL PAÍS SEMANAL o El Viajero, antes de formar parte del equipo fundador de ICON. Trabajó tres años en la redacción de EL PAÍS Brasil y, al volver a España, se incorporó a la sección de Cultura como responsable del área de Televisión.

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