_
_
_
_
_

Isabella Tree, conservacionista: “Europa fue como el Serengueti. Podemos recuperar aquellos hábitats”

La periodista británica heredó, junto a su marido, un terreno que estaba exhausto tras años de agricultura intensiva. Decidieron asilvestrarlo y cinco años más tarde volvieron hasta los ruiseñores

Carmen Pérez-Lanzac
Isabella Tree
Isabella Tree fotografiada en mayo de 2020 en Knepp, Sussex, Reino Unido.Lia Brazier

Isabella Tree (Dorset, Reino Unido, 59 años) y su marido, Michael Burrell, empezaron hace 20 años un proyecto desesperado y muy complejo que ha acabado teniendo resultados asombrosos. Él acababa de heredar Knepp Castle, de 3.000 hectáreas de terreno, lo que en principio suena maravilloso. Sin embargo, no era ya más que un montón de tierra exhausta incapaz de producir nada tras décadas de agricultura intensiva con 1,7 millones de euros en deudas. Financieramente hablando, acababa de heredar un marrón. Por suerte, dieron con un caso de recuperación natural en Holanda y decidieron intentar algo parecido. Hoy son los promotores del primer terreno de las tierras bajas de Inglaterra asilvestrado al que ha regresado todo tipo de variedades autóctonas, algunas de ellas en peligro de extinción en el Reino Unido. Son los responsables de que gamos, ruiseñores, mariposas ortigueras o tórtolas hayan vuelto a menos de 70 kilómetros de Londres. Tree, que es periodista y escritora, acaba de publicar un libro sobre su experiencia: Asilvestrados, el regreso de la naturaleza a nuestras tierras (Capitan Swing).

PREGUNTA. Confiaron en la naturaleza y esta respondió. ¿Qué les animó?

RESPUESTA. Sería fantástico decir que tuvimos el impulso de hacerlo, pero fue más que la granja estaba agotada, muchos subsidios estaban a punto de desaparecer y veíamos que no era sostenible económicamente. Supimos del ejemplo del ecologista holandés Franz Vera, que cree en la renaturalización. Europa en el pasado fue como el Serengueti, había muchísimos jabalíes, ciervos... Si recuperamos la diversidad, podemos recuperar aquellos hábitats.

P. Si se había perdido la biodiversidad, ¿cómo es que los animales han regresado?

R. Ese es el gran misterio. Cuando dejas de intervenir en el terreno, y lo propicias dejando libres caballos y otras especies, animales como la mariposa ortiguera, que hacía años había desaparecido, vuelven.

P. ¿Y los árboles? Creo que estaban hechos polvo cuando heredaron.

La información es la primera herramienta contra el cambio climático. Suscríbete a ella.
Suscríbete

R. Un experto en robles nos explicó que a simple vista lo que a nosotros nos parecía normal era un síntoma de daño. Habíamos plantado nuestro grano hasta la misma base de los troncos. Se echaba pesticida y se araba, y al hacerlo estábamos dañando las raíces mismas del árbol. Nunca se nos ocurrió que pudiéramos estar dañándolos. Darnos cuenta de que mucho era nuestra culpa fue duro.

P. ¿Qué cree que debemos cambiar como sociedad a raíz de su ejemplo?

R. Permitir que la naturaleza se exprese no va bien con una mentalidad rígida que funciona por objetivos. Es importante que abandonemos el paradigma de la replantación constante. Dejemos que la naturaleza pueda restablecerse.

P. ¿Cuánto tardaron en ver los efectos de la recuperación del terreno?

R. A los dos años empezamos a oír un montón de insectos por todas partes. Abejas, avispas, saltamontes… Esa fue la primera revelación. Luego fuimos viendo gusanos y oyendo a distintas especies de pájaros que hacía tiempo no veíamos. En términos medioambientales, cuando volvieron los ruiseñores, los ecologistas empezaron a estudiar nuestro terreno. Habían pasado cinco años.

P. ¿Se podría hacer algo parecido en un terreno pequeño?

R. Cuanto más pequeño sea tu terreno, más trabajo tendrás que poner de tu parte, pero sí, es posible, acabamos de publicar una guía práctica sobre este asunto (The book of wilding). Puedes empezar trayendo un poni e intentar pensar como lo haría un castor. Todo consiste en aplicar las normas del proceso natural en tu pequeño terreno.

P. Usted habla del efecto generacional, ¿en qué consiste?

R. Cada generación ve el paisaje y da por hecho de que lo que ve es normal. Yo sé que las tórtolas, cuando era pequeña, anunciaban cada año el verano. Puedo recordarlo. Pero mis hijos no pueden porque nunca lo han visto. Cada generación no ve la pérdida de la anterior. Y así vamos perdiendo nuestro conocimiento del entorno.

P. ¿Qué es lo próximo que pretenden hacer en Knepp?

R. Queremos habilitar corredores para que los animales puedan cambiar de zona y conocer a otros animales de su especie, o no serán muy resilientes en el futuro.

P. Han abierto incluso una zona de safari. ¿Va mucha gente?

R. Mira, eso ha sido una fuente de ingresos totalmente inesperada. Ingresamos alrededor de un millón al año, nos deja un margen del 20%. Albergamos a un máximo de 100 personas al día, está casi siempre lleno. Tardamos en darnos cuenta de que la gente quería ver lo que habíamos logrado.

Puedes seguir a CLIMA Y MEDIO AMBIENTE en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carmen Pérez-Lanzac
Redactora. Coordina las entrevistas y las prepublicaciones del suplemento 'Ideas', EL PAÍS. Antes ha cubierto temas sociales y entrevistado a personalidades de la cultura. Es licenciada en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de El País. German Marshall Fellow.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_