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Científicos y ecologistas rechazan el intento de Madrid y Cataluña de suavizar la normativa europea sobre contaminación

María Neira, de la OMS, advierte de que “rebajar la ambición en los estándares de calidad de aire significa muertes asociadas”

Vehículos en la M-30 de Madrid, este jueves.
Vehículos en la M-30 de Madrid, este jueves.Claudio Álvarez

Un cierto estupor muestra la decena de expertos en calidad del aire y ecologistas consultados por EL PAÍS sobre la posición conjunta que mantienen Madrid y Cataluña en el caso de la actualización que están llevando a cabo las instituciones europeas de la normativa sobre contaminación. La Unión Europea plantea actualizar al alza los umbrales máximos de exposición para los principales contaminantes y aproximarlos así a los que fijó en 2021 la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y Madrid y Cataluña, junto a seis regiones más agrupadas en la denominada Iniciativa de Calidad del Aire de las Regiones (AIR, por sus siglas en inglés), han pedido que la nueva normativa contemple “excepciones” a su cumplimiento “para regiones específicas”, argumentando entre otros asuntos que son áreas “densamente pobladas e industrializadas, y pertenecen a las regiones económicamente más competitivas de la Unión Europea”.

María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y del Ambiente en la OMS, advierte de que “rebajar la ambición en los estándares de calidad de aire significa niveles altos de contaminación y, en consecuencia, muertes asociadas al cáncer de pulmón, ictus, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedades cardiovasculares, más casos de asma, afectaciones neurológicas…”. Y añade: “Los tomadores de decisiones que proponen flexibilidad en los niveles de calidad de aire deben ser confrontados con las claras estadísticas que demuestran las vidas que se dejan de salvar, los casos de enfermedades crónicas que se dejan de prevenir y el coste que representan al sistema sanitario las hospitalizaciones de enfermedades que son crónicas al posponer normas más estrictas”.

“La evidencia científica de los daños de la contaminación es tan fuerte que la única solución que hay es bajar los límites de los contaminantes”, señala, por su parte, Mark J Nieuwenhuijsen, jefe del programa de Contaminación Atmosférica y Entorno Urbano del ISGlobal, quien se dice, sobre todo, “sorprendido” con la posición del Gobierno catalán. “No tenemos tiempo, necesitamos actuar ahora y reducir los niveles de contaminación ahora. Hay muchas medidas para hacerlo, pero necesitamos liderazgo político y más acciones”, afirma este especialista, que el miércoles participó en Bruselas precisamente en unas jornadas sobre la futura directiva organizadas por el Health Effects Institute (HEI). Mientras se celebraban esas jornadas, los representantes de tres regiones italianas presentaron en el Parlamento europeo el documento de posicionamiento de AIR en el que se aboga por la flexibilización de la futura directiva para algunas regiones.

En Italia, estas posturas han provocado ya la alarma entre los científicos. Medio centenar de ellos han publicado una carta abierta advirtiendo de lo perjudicial de la propuesta. Francesco Forastiere, un reputado epidemiólogo italiano, es uno de los impulsores de ese escrito. “Cualquier flexibilidad y excepción debilitará la directiva y fomentará el incumplimiento con enormes costes sanitarios a medio y largo plazo. Las regiones deben actuar ahora con el sentido de urgencia que requieren la contaminación del aire y el cambio climático”, opina este especialista en salud pública.

Xavier Querol, experto en calidad del aire e investigador del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua, del CSIC, también se declara muy sorprendido. “En catalán hay un dicho que se usaba en zonas industriales: fum o fam [humo o hambre, en castellano], que ha sido superado desde que se persigue la sostenibilidad, es decir, terminar con el hambre sin el humo”, apunta. Querol recuerda también que en el caso de la calidad del aire la UE lleva retraso. Y con la revisión que se está proponiendo ahora desde la Comisión Europea, y que estas ocho regiones piden flexibilizar, lo que se va a hacer es aproximarse solo a lo que ya pedía la OMS en 2005 sobre los umbrales de algunos contaminantes.

Proceso de revisión

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Las directivas en la UE se negocian a tres bandas: entre el Parlamento, la Comisión Europea y los gobiernos de los Veintisiete. En el caso de la norma sobre calidad del aire, España desempeñará un papel especialmente relevante. Porque será el país que ostente en el último semestre del año la presidencia europea y porque el ponente en el Europarlamento será el socialista Javi López. Este europarlamentario también critica con fuerza la posición de los dos gobiernos autonómicos: ”Es vergonzoso que el primer caso en el que Cataluña y Madrid se ponen de acuerdo en los últimos 10 años es en que los ciudadanos tengan una peor calidad del aire”. “La contaminación es la mayor amenaza a la salud pública”, insiste López. El Ministerio para la Transición Ecológica, por su parte, también recalca que “la revisión de la directiva de calidad del aire es una prioridad para la presidencia española del Consejo de la UE”. “Queremos ajustar mejor la legislación europea a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud”, ha añadido este jueves el departamento de Teresa Ribera en un comunicado.

Julio Díaz, profesor en el Instituto de Salud Carlos III y doctor en Física, entiende la propuesta de estas regiones como “un desprecio tanto al conocimiento científico actual como a la OMS y, lo que es más importante, a la salud de los ciudadanos cuyo bienestar tienen que proteger”. “Confío en que la UE y el Gobierno de España se muevan por otros parámetros”.

En el caso de la Comunidad de Madrid, su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, y su Ejecutivo no se han mostrado interesados en liderar esta batalla contra la contaminación. Por eso a los expertos consultados lo que más desconcierta es que Cataluña comparta alianza con Madrid. El investigador Miquel Ortega alerta de que “Cataluña debería liderar y no poner frenos, y más cuando se han incumplido durante una década los objetivos”. Ortega, que capitanea el portal divulgativo Barcelona. Contaminació, destaca, además, que la flexibilización que ahora se reclama “no estaba en el plan de calidad del aire del que la Generalitat presentó el borrador hace cuatro días”. El experto entiende que algún territorio pida cierta adaptación en función del contexto: “Tiene sentido que regiones italianas ubicadas en cuencas entre montañas lo pidan; pero en el caso de Cataluña es un error de concepción absoluto”.

“Es lamentable que las comunidades que vienen incumpliendo reiteradamente desde 2010 las normas de calidad de aire y que se han mostrado incapaces de cumplir con los límites vigentes estén intentando obstruir la revisión de la directiva ahora”, critica también Miguel Ángel Ceballos, especialista en calidad del aire de Ecologistas en Acción. “Es vergonzoso e insólito”, abunda Cristina Arjona, responsable de la campaña de movilidad de Greenpeace. “Hay que tomar medidas firmes y que no se aplacen. Es urgente que los próximos ayuntamientos y gobiernos de las comunidades autónomas tomen las medidas necesarias para ir reduciendo el uso del vehículo privado de combustión y que se mejoren los servicios de transporte público”, concluye Arjona.

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