_
_
_
_
_

Las excavadoras arrasan zonas del volcán de La Palma “únicas en el mundo”

El vacío legal y la presión de los vecinos para acceder a sus casas provoca la pérdida de formaciones geológicas que los científicos creen que habría que preservar

Volcan La Palma
Dos científicos analizan el foco de emisión parcialmente destruido, a la izquierda, y la nueva pista, a la derecha.O. F.
Nuño Domínguez

Año y medio después de la erupción, el nuevo volcán de La Palma y sus coladas siguen siendo un territorio desprotegido. Las excavadoras que abren nuevos caminos están arrasando puntos de emisión de lava asociados a tubos volcánicos que son “únicos en el mundo”, según denuncian a EL PAÍS los científicos responsables de elaborar el mapa de zonas de especial protección.

En los últimos días de la erupción, en diciembre de 2021, se abrieron por sorpresa pequeñas fracturas eruptivas desconectadas del cono principal por las que se emitió lava en el borde sur del campo de coladas. Fue la última boqueada del volcán, que se apagó el 13 de ese mes, precisamente con la emisión de una pequeña colada en una de estas fracturas en la zona de El Corazoncillo.

La lava que manaba por esos centros era tan fluida que los gases la hincharon formando bóvedas que después reventaban como burbujas de chicle, dejando unas llamativas formaciones similares a volcanes en miniatura. En la parte subterránea se formaron tubos de lava que al cesar la erupción han dado lugar a un sistema de espectaculares cavidades tapizadas por las últimas salpicaduras de la lava. La mayoría de estos tubos aún no se pueden explorar porque aún están a más de 100 grados.

Hace unos días, un equipo del Instituto Geológico y Minero (IGME-CSIC) que iba a estudiar uno de estos puntos descubrió que las excavadoras habían abierto una pista pasando justo por en medio. Habían tirado abajo parte de la bóveda y rellenado el agujero con cascotes de la propia colada. Según los responsables del IGME, los ayuntamientos implicados y el Cabildo de La Palma conocían desde febrero que esta era una zona a preservar. El camino se ha abierto para dar acceso a unas pocas casas que hay en la zona, pero según los científicos se podría haber hecho lo mismo rodeando la zona protegida. La institución ha denunciado la situación ante el Cabildo de la Palma y espera hacerlo ante el Gobierno autónomo.

“Es un accidente geológico nunca visto en Canarias”, explica Juana Vegas, investigadora del Instituto Geológico y Minero (IGME-CSIC) especialista en conservación del patrimonio volcánico, quien ha liderado la elaboración del mapa de áreas protegidas. “Estos puntos nos pueden ayudar a modelizar futuras erupciones, a determinar cuál fue la tasa de emisión y el tipo de lava. Nunca antes en España se había podido estudiar la salida de lava de esta forma. Y si esto no fuera suficiente, se trata de un accidente geológico espectacular y bellísimo. Cuando se destruye, se pierde para siempre”, resalta la científica.

El foco de emisión, antes del destrozo.
El foco de emisión, antes del destrozo.Carlos Camuñas

El conflicto salta en medio de la tormenta perfecta. Queda poco más de una semana para las elecciones autonómicas y municipales. La aprobación de la ley que reordenará el territorio tras la erupción no se aprobará hasta después de los comicios. Mientras eso sucede, las autoridades locales de la isla continúan con los trabajos de reconstrucción sin que por ahora haya un marco legal que delimite las áreas protegidas. El gran temor de los científicos es que este limbo jurídico provoque la destrucción de otros accidentes únicos del volcán que, si se protegen, pueden ser un valioso recurso científico, turístico y económico.

Los especialistas del IGME llevan estudiando el nuevo edificio volcánico desde marzo del año pasado para delimitar, por encargo del Gobierno de Canarias, las zonas más valiosas que deben quedar protegidas y excluidas de cualquier acción urbanística. El IGME entregó su informe en diciembre del año pasado. En él se recomendaba la protección cautelar del cono y las zonas altas de las coladas en una extensión de unas 260 hectáreas de un total de 1.218 hectáreas de nuevo terreno volcánico creado por el volcán. También quedaban fuera de toda actuación los dos deltas lávicos que se formaron en la costa. Los puntos de emisión detectados están dentro del perímetro de máxima protección y, por tanto, debían ser intocables. Pero lo cierto es que desde que el IGME delimitó esta zona, en diciembre de 2022, se han elaborado siete borradores de la nueva ley sin que aún se haya aprobado.

Otra vista del punto de emisión rellenado de colada troceada tras la cosntrucción de la nueva pista.
Otra vista del punto de emisión rellenado de colada troceada tras la cosntrucción de la nueva pista.L. A.

José Antonio Valbuena Alonso, consejero de Transición Ecológica del Gobierno autonómico y encargado de consensuar la ley, reconoce que está siendo “muy difícil” conciliar las posturas de todos los colectivos afectados. “Ahora estamos inmersos en la redacción del octavo borrador, acordando artículo a artículo en reuniones con vecinos, porque su opinión nos parece la más importante y no queremos que sientan que les estamos echando. No podemos conciliar al 100% los intereses de los científicos, pero la gente de La Palma es consciente de la necesidad de conservar el patrimonio volcánico e intentaremos encontrar espacio para todos”, explica.

En manos del próximo Gobierno

El consejero espera cerrar el articulado con los vecinos esta semana. Después habría que pactarlo con ayuntamientos, el cabildo y llevarlo al consejo de gobierno tras su aprobación. Esto no sucederá antes de las elecciones autonómicas, reconoce Valbuena, y quedará en manos del próximo Gobierno ¡que salga de ellas.

Mientras, los trabajos de reconstrucción y reapertura de caminos siguen adelante. Una portavoz del Cabildo de La Palma explica que no pueden esperar a que se apruebe la ley, y que tampoco pueden garantizar la protección de las zonas acotadas por los científicos hasta entonces. “Hay una presión social brutal de los vecinos para reabrir los caminos de acceso. Para ellos este es el primer paso para empezar a recuperar sus vidas. Nos consta que nos han llamado repetidamente para que por favor se actuara en esta zona”, explican. Los responsables del cabildo se comprometen a coordinarse mejor con los científicos para garantizar que no haya más destrozos evitables.

Técnicos de espeleología volcánica
exploran el Tubo Rojo, un nuevo túnel volcánico formado tras la erupción.
Técnicos de espeleología volcánica exploran el Tubo Rojo, un nuevo túnel volcánico formado tras la erupción.Arturo Rodríguez

El problema de fondo, explica Nieves Sánchez, geóloga del IGME, es que se pretenda recuperar el trazado de carreteras y caminos tal y como estaban antes de la erupción, cuando la realidad es que hay un terreno completamente nuevo y distinto. “No somos locos furibundos de la conservación, pero entre la preservación de todo y la destrucción de tanto como estamos viendo, hay muchos términos medios”, resalta.

Uno de los mayores riesgos es que el vacío legal continúe y se dañen otras formaciones únicas, como la zona de lavas cordadas y parte del cono que se derrumbó durante la erupción, que quedarían afectados por la carretera LP2 si se decide trazarla exactamente por donde pasaba antes.

A ese futuro proyecto se suman otros ya casi terminados, como una nueva tubería y pista de acceso que atraviesa la llamada fajana de lava que dejó el volcán, otra zona que en teoría no se podía tocar. El Cabildo de La Palma ha anunciado que terminará de construir esta conducción de agua para el cultivo del plátano, a pesar de que la dirección de costas del Gobierno de Pedro Sánchez pidió su paralización.

Mapa de la zona del volcán y las coladas propuestas para su máxima protección (límite rojo) y localización de los focos de emisión (estrellas). La roja señala el foco destrozado.
Mapa de la zona del volcán y las coladas propuestas para su máxima protección (límite rojo) y localización de los focos de emisión (estrellas). La roja señala el foco destrozado.GESPLAN (Fuente: GESPLAN)

Octavio Fernández es una de las pocas personas en La Palma que conoce de primera mano los tubos volcánicos del subsuelo, que forman una red posiblemente kilométrica que está aún por explorar. Este espeleólogo colabora con el IGME y el Gobierno de Canarias en el mapeo de estas galerías. Por primera vez, ha conseguido acceder a algunos de estos conductos que se han enfriado y permiten transitar por zonas que están a unos 50 grados. Es el caso del tubo rojo, una espectacular galería tapizada de goterones de lava solidificada. A pocos metros de distancia de este tramo la temperatura aún es de unos 200 grados. “Pensábamos que hasta pasados dos años de la erupción sería imposible bajar, pero el enfriamiento por corrientes de aire nos lo ha permitido y ya se han iniciado estudios científicos de la composición mineral de los tubos y la búsqueda de microbios”, explica Fernández.

Parte de las galerías conectadas con el tubo rojo quedarían afectadas por la nueva carretera LP2 si es que se decide reconstruirla por donde pasaba antes del volcán, explica el espeleólogo Fernández. “Tenemos muchas ganas de seguir explorando todos estos túneles, pero también estamos preocupados por saber si se van a proteger. El volcán se llevó consigo parte de lo que había, pero también nos ha dejado cosas que pueden ser un importante atractivo turístico”, razona.

"Al volcán se le puede sacar rentabilidad"

Carmen Romero, geógrafa de la Universidad de la Laguna, lleva 40 años estudiando los volcanes canarios. Entre todas las erupciones históricas, dice, esta es "la primera en la que existe la posibilidad de hacer las cosas de una forma diferente teniendo en cuenta todas las voces". "Es obvio que hay que hacer nuevas casas para todos los que las perdieron y volver a vertebrar el territorio, pero se está haciendo sin respeto, como si el volcán y las coladas fueran un erial. Pero este volcán es de los propios habitantes de la isla y se puede rentabilizar. Tenemos un claro ejemplo en Caños de Fuego, donde se ha conservado un túnel volcánico de la erupción del San Juan en 1949", detalla. "Hay que preguntarse si todos los terrenos que estaban urbanizados y han quedado arrasados deben volver al mismo uso. Tal vez no se había planificado bien. Ahora es posible repensar el modelo de recuperación", añade.

Puedes seguir a MATERIA en Facebook, Twitter e Instagram, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Nuño Domínguez
Nuño Domínguez es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo Científico por la Universidad de Boston (EE UU). Antes de EL PAÍS trabajó en medios como Público, El Mundo, La Voz de Galicia o la Agencia Efe.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_