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Así son los ‘nuevos’ marsupiales australianos

El análisis del ADN de los petauros gigantes ha revelado que no se trata de una sola especie, sino que se divide en tres especies diferentes

Imagen de un petauro gigante hallado en Queensland.
Imagen de un petauro gigante hallado en Queensland.DENISE MCGREGOR

Australia es uno de los países con más biodiversidad del planeta: cuenta, por ejemplo, con 140 especies de marsupiales como el koala, el canguro o el demonio de Tasmania. Entre los menos conocidos de este grupo de mamíferos están los petauros gigantes, un animal nocturno que a pesar de su nombre no pesa más de 1,5 kilos, tiene un pelaje frondoso y se distingue por su capacidad de planear de un árbol a otro a través de una membrana que une sus codos con sus tobillos.

Hasta ahora se creía que los petauros gigantes eran una única especie cuyo hábitat se extiende a lo largo de la cadena montañosa más importante de Australia, la Gran Cordillera Divisoria (en la costa este). Lo mismo pensaba la bióloga Denise McGregor, que se pasó dos años viviendo en los bosques de estas montañas estudiando a los petauros para su doctorado en la Universidad James Cook (Queensland). Cuando envió a analizar muestras de ADN de ejemplares de distintas zonas, ella fue la primera sorprendida cuando el genetista del laboratorio la llamó para comunicarle los resultados: “Me dijo: ‘Oye, que nos has enviado dos especies’. Yo respondí que no, que era una sola especie de dos áreas diferentes, dos subespecies. Pero él insistió que no, que se trataba de dos especies.”

Los resultados del laboratorio revelaron que había más de un 50% de diferencia en el ADN, y McGregor amplió el rango de su investigación con la ayuda de científicos de tres universidades australianas. El análisis genético de otros ejemplares de petauros gigantes demostró que estos animales no conforman una única especie, sino tres diferentes. El hallazgo, que se ha publicado la revista científica Nature, significa que la biodiversidad en Australia se ha enriquecido aún más. Pero según McGregor, su estudio contiene información vital para proteger el futuro de este animal: “Para establecer el estado de conservación, se estudia cómo de extendida está la especie y, en este caso, pensábamos que estaban diseminados a lo largo de toda la costa este de Australia. También se contabilizan cuántos ejemplares quedan. Y, cuando divides estos factores en tres partes, los números se vuelven pequeños, es decir, hay menos animales de cada especie y se concentran en un área mucho más pequeña”.

“Estamos hablando de un animal que en el pasado era la cosa más común que veías en estos bosques si paseabas de noche, y ahora sus números han decaído”

Los petauros gigantes están clasificados como “vulnerables” en la Lista Roja de Especies en Peligro de Extinción de la IUCN. Andrew Krockenberger es uno de los coautores del estudio liderado por McGregor. Su especialidad es la conservación de los marsupiales que viven en los árboles, como los petauros gigantes: “Es muy problemático cuando tienes una especie tan abundante que de repente empieza a declinar bastante precipitadamente”, cuenta. “Estamos hablando de un animal que en el pasado era la cosa más común que veías en estos bosques si paseabas de noche, y ahora sus números han decaído en algunos lugares hasta el 10% o menos respecto su abundancia previa”.

El estado de conservación de los petauros gigantes está siendo reevaluado tras los devastadores incendios forestales del año pasado en Australia, en lo que se ha bautizado como “verano negro”. Los fuegos quemaron unos 97.000 kilómetros cuadrados de vegetación (un área mayor que Portugal) según otro estudio también publicado por la revista Nature. El territorio constituye el hábitat de 83 especies de mamíferos y los científicos temen que los petauros puedan contarse entre los más afectados. La razón es que estos marsupiales viven en los huecos de árboles de eucalipto, que solo abandonan de noche cuando salen a comer. Cuando necesitan planear hacia otro árbol dejan sus crías en estos huecos (el resto del tiempo las llevan en la bolsa epidérmica donde amamantan, el marsupio).

La experta en control de incendios Natasha Robinson está trabajando en un proyecto de la Universidad Nacional Australiana para ayudar a recuperar la fauna en hábitats afectados por el fuego. La experta detalla las otras razones por las cuales los petauros son tan vulnerables a los incendios forestales. “Son animales que solo se alimentan de hojas (de eucalipto). Después de un incendio, casi no quedan hojas porque han sido incineradas. Los petauros gigantes tienen una fisiología muy particular, aunque parezcan grandes por su pelaje, son unos marsupiales bastante pequeños y, por tanto, necesitan comer muchas hojas de forma constante. A veces sobreviven el fuego porque se han escondido en un hueco, pero cuando salen por la noche han desaparecido las hojas y pueden morir de hambre. Además, como no hay hojas también han se han quedado sin refugio para esconderse de depredadores como los búhos”.

La investigadora Denise McGregor mide un petauro sobre el terreno.
La investigadora Denise McGregor mide un petauro sobre el terreno.Denise McGregor

Robinson añade que los petauros gigantes son muy fieles a su hábitat, y no suelen viajar en busca de un nuevo hogar, aunque el suyo haya sido destruido por el fuego. Todos estos motivos los convierten en una especie especialmente indefensa ante el cambio climático, que según los científicos es una de las causas por las que los incendios forestales del año pasado fueron mucho más virulentos de lo que es normal en Australia.

Aunque es imposible determinar exactamente cuántos animales murieron en los incendios, un estudio de varias universidades encargado por la organización ecologista WWF estima que casi 3.000 millones de animales murieron o fueron desplazados por las llamas. El gobierno australiano aún no ha podido actualizar la lista de especies en peligro de extinción, porque es un proceso que puede durar hasta más de dos años. El descubrimiento que los petauros gigantes son tres especies diferentes en vez de una también podría suponer un cambio en este índice. Cuando se tengan conclusiones más definitivas del impacto de los fuegos, se teme que una o varias de las especies de petauros gigantes entren a formar parte del creciente grupo de especies con un alto riesgo de desaparecer para siempre.

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