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En este parque se suda

El Parque de Pradolongo, en el barrio de Usera, ofrece una variada gama de actividades deportivas

Templete de música en el parque de Pradolongo, en Usera.
Templete de música en el parque de Pradolongo, en Usera.ÁLVARO GARCÍA
Antonia Laborde

Cuando el sol comienza a esconderse entre las torres del barrio de Usera, un grupo de mujeres chinas salen de sus casas hacia el Parque de Pradolongo. En la parte alta y desnivelada, encorvan sus espaldas y se afanan a recoger malezas como si de un campo de terrazas de arroz se tratara. Un hombre las espera con un saco grande. Ellas dicen que no saben qué están haciendo. “No español”, se disculpan con una sonrisa. Lo que se deduce es que recogen hierbabuena o para uso personal o para abastecer a algún restaurante del barrio chino por antonomasia de Madrid, donde viven más de 6.000 vecinos de dicha nacionalidad.

El joven Parque de Pradolongo, inaugurado en 1983, está ubicado entre el polideportivo de Orcasitas y el hospital 12 de Octubre. Sus 59,7 hectáreas lo convierten en el cuarto más grande de Madrid, por detrás de la Casa de Campo, el parque del Retiro y el parque del Oeste. Se nota que no compite con los parque históricos solo con ver su moderno diseño.

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A pesar de una brusca primera toma de contacto —césped seco, bastante basura—, hay bastante que descubrir si se camina hasta el corazón del “primer parque democrático de la ciudad”, bautizado así porque en los primeros proyectos de diseño participaron los vecinos de la zona. Uno de los grandes atractivos es el Jardín Botánico, formado por 30 parterres de diseño geométrico distribuidos en siete plazas y que cuenta con 180 especies de árboles y arbustos. En verano está abierto de 9.00 a 19.00 entresemana y de 9.00 a 15.00 los fines de semanas y festivos. En su interior se puede apreciar el autóctono madroño —árbol en el que se apoya el oso que representa a Madrid—, símbolo de la capital por ser habitual en las afueras de la ciudad durante toda la época medieval. También se pueden encontrar coníferas (pinos, tuyas, cedros, abetos), frondosas (arces, sauces, tilos, avellanos, mimosas), o quercus (encinas, alcornoques, robles), entre otros.

El Jardín Botánico está a unos pasos del estanque. La ría artificial del parque desemboca en este lago de alrededor de 30.000 metros cuadrados, custodiado por la iglesia de Maris Stella; la “iglesia Rota”, como también se la conoce. Dicho estanque, por su extensión, accesibilidad, profundidad y equipamiento con porterías de kayak-polo, presenta unas condiciones idóneas para la práctica del piragüismo. Anualmente, se realizan competiciones de este deporte y años atrás la regata también protagonizaba las actividades. En agosto, mes de descanso, se ven parejas y mayores disfrutar de la vista.

Para los deportistas, pero no acuáticos, hay una senda ecológica; una explanada para practicar skate o montar en patines. También una cancha de baloncesto en la que, a diferencia del resto de instalaciones, sí que acoge vecinos. “Venimos cuando ya no pega el sol y jugamos hasta dos horas. Si llegan más vecinos, nos turnamos”, cuenta Hugo Pardo, de 23 años, en un descanso del partido. “Sería bueno que arreglaran los tableros”, agrega.

Pícnic y música

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Cerca de las canchas está el templete de música, pintado por los vecinos. La asociación Pradalongo se mueve se encarga de organizar actividades como gimnasia gratuita. También consiguió que en el presupuesto de 2018 se incluyera instalar siete aseos públicos en el parque y fuentes de agua potable. Lamentablemente, ellos también se van de vacaciones, así que en agosto el templete es un lugar desangelado.

Pero hay actividades que no necesitan de monitores, ni velas, ni público. El circuito de carril bici, en forma de anillo de unos 750 metros, no conoce de festivos. Es una de las instalaciones más utilizadas por los vecinos ya sea para pasear andando o con patines y para entrenamientos a pie y, obviamente, en bicicleta. Este carril no forma parte del Anillo Verde, que también pasa por el parque. Mientras la gente circula resuena canciones, de distintos estilos, que emanan de los altavoces de grupos de jóvenes que toman cervezas y pasan el rato. Algunos de ellos también bailan.

“Aquí casi no se ven chinos, somos muchos más los latinos los que venimos a este parque”, aclara Linda López, de 48 años, que acudió a la zona verde con su prima y los maridos de ambas a hacer un pícnic. Llevan seis horas de risas y conversación. “Igual es por eso que dicen de los chinos nunca dejan de trabajar. Nosotros estamos de vacaciones, pero ellos parece que no”, agrega López.

El parque en datos

  • Superficie: 59,7 hectáreas.
  • Administración: Ayuntamiento de Madrid.
  • Horario: abierto las 24 horas. Entrada gratuita. El jardín botánico abre de marzo a octubre, entre las 9.00 y las 19.00, de lunes a sábado, y de noviembre a febrero, de 9.00 a 17.30. Los domingos y festivos, de 9.00 a 15.00.
  • Puntos de interés: jardín botánico, senda ecológica, templete, iglesia, lago y ría.
  • Cómo llegar: avenida de Rafaela Ybarra, 85. Metro: Hospital 12 de Octubre (línea 3). Bus: 6, 60, 78, 81, 121, 131. Cercanías Renfe: 12 de Octubre.

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Sobre la firma

Antonia Laborde
Periodista en Chile desde 2022, antes estuvo cuatro años como corresponsal en la oficina de Washington. Ha trabajado en Telemundo (España), en el periódico económico Pulso (Chile) y en el medio online El Definido (Chile). Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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