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Daniel Abreu, poesía e inteligencia al servicio de la danza

‘Dalet (Da)’, último trabajo del coreógrafo, mantiene sus señas de identidad a la vez que sorprende con nuevas gestualidades

Daniel Abreu
Un momento de la representación de 'Dalet (da)'.JOSÉ JORDÁN
Mercedes L. Caballero

Los trabajos de Daniel Abreu suelen funcionar en diversos planos de lecturas y de gran profundidad, donde el cuerpo, el movimiento, es el auténtico centro. Esto, que puede parecer una obviedad al hablar o escribir de danza, no siempre resulta del mismo modo (ni tiene por qué): a veces, el foco se desplaza hasta otros lugares, también interesantes. Pero la suma de lo corporal, lo coreográfico y lo interpretativo en Daniel Abreu es una seña de identidad de esas que además llegan avaladas por algo auténtico, muy de verdad. Por ejemplo, ese vocabulario corporal tan amplio que ni se agota ni se desgasta a pesar de llevar más de dos décadas de trayectoria y 40 trabajos realizados. Es este uno de los bienes más preciados en la danza: la capacidad de ir hacia adelante, al margen de tendencias creativas e incluso corrientes artísticas, pero al mismo tiempo pertenecer a tu tiempo y crecer en tu propio discurso. Y todo esto define a Abreu, uno de esos artistas en cuyos lenguajes se pueden reconocer cosas y, al mismo tiempo, dejarse sorprender por nuevas gestualidades, todas encuadradas en una deliciosa poesía visual.

Luego están esos otros elementos de primer orden que hacen especial un trabajo de danza y pasan por la interpretación y el imaginario o el universo que se nos proponga. Todos suelen converger en Abreu, completo y comprometido creador. También en Dalet (Da), su último trabajo.

Visto este jueves en el teatro El Musical de Valencia, dentro del festival Dansa València, el espectáculo sigue jugando con la idea de paso, de trashumancia existencial, de búsqueda y desplazamiento, que ya asomó en obras anteriores de Abreu como El hijo (2020) y El arco (2022). Y a través de estos temas construye una danza exigente, expansiva y recogida, que encuentra uno de sus sentidos en la precisión y el lirismo más contemporáneo. Los siete bailarines que forman este espectáculo (Daniel Abreu incluido), todo hombres, despliegan exuberancia y rigor, en lo que parece ser un lugar de paso, un espacio limpio con una escenografía que asemeja a un conjunto de puertas asimétricas sin dintel, que bien podría representar una especie de purgatorio profano en el que claudicar frente a la naturaleza de la vida y de las cosas.

La música original en directo de Elisa Tejedor (violonchelo) y Hugo Portas (tuba), colaboradores habituales en los últimos espectáculos de Abreu, resulta un acierto pues refuerza la idea de la ensoñación en la que también puede desenvolverse esta pieza.

Dalet (Da)

Creación y dirección: Daniel Abreu.
Próximas actuaciones confirmadas: 28 y 29 de abril, centro Conde Duque de Madrid; 7 de octubre, Museo de la Universidad de Navarra; 14 de octubre, Lava de Valladolid.

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Sobre la firma

Mercedes L. Caballero
Periodista especializada en información y crítica de danza desde principios de los años 2000 a través de diversos medios de comunicación de radio y prensa escrita. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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