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Argentina registra el brote de dengue más letal de su historia, con al menos 39 muertos

Más de 50.000 personas han contraído este año la enfermedad transmitida por la picadura del mosquito ‘Aedes aegypti’ en el país sudamericano

Un trabajador fumiga contra el mosquito tigre en las calles de la localidad bonaerense de Ezeiza.
Un trabajador fumiga contra el mosquito tigre en las calles de la localidad bonaerense de Ezeiza.AGUSTIN MARCARIAN (REUTERS)

El actual brote de dengue en Argentina es el más letal de la historia en el país sudamericano. Hasta mitad de abril, el número de casos registrados de dengue fue de 56.324 y las muertes ascendieron a 39, según el último Boletín epidemiológico del Ministerio de Salud, publicado este sábado. La cifra de fallecidos supera las víctimas fatales registradas en 2020, el anterior récord y el número previsiblemente aumentará en las próximas semanas a pesar de que el descenso de las temperaturas complica la supervivencia del mosquito Aedes aegypti, transmisor de la enfermedad.

“Cuando te pica un mosquito, el periodo de incubación del dengue es de 10-14 días”, dice Juan Castelli, subsecretario de estrategias sanitarias del Ministerio de Salud. “El cambio de temperatura impacta en el mosquito, pero no en el desarrollo de la enfermedad. Por eso el número sigue en alza aunque desde la semana pasada comenzamos a ver una estabilización en el número de casos”, aclara.

Si se comparan los casos de dengue acumulados hasta la fecha, representan un 70% más que en 2020 para la misma semana. Por regiones, el norte de Argentina, la región más cálida del país, concentra casi la mitad. Sólo en Tucumán, se han detectado 12.409 infectados y nueve muertes, seguidos de Salta, con 6.945 casos y nueve fallecidos. En la zona centro, también muy afectada por el actual brote, la provincia con más casos ha sido Santa Fe, con 12.821 y ocho fallecidos.

Para explicar los motivos detrás del aumento de víctimas fatales los epidemiólogos describen antes las características de esta enfermedad. Existen cuatro serotipos distintos del virus del dengue y en Argentina hay circulación autóctona del 1 y del 2. Hay pacientes se contagian sin presentar síntomas, mientras que otros padecen fiebre, fuerte dolor muscular (más que el de una gripe común o covid) y de articulaciones, dolor de cabeza, detrás de los ojos y sarpullidos en la piel. Superada la enfermedad, sintomáticos y asintomáticos gozan de inmunidad de por vida al serotipo del que se contagiaron. Sin embargo, si se infectan de alguno de los otros tres corren el riesgo de tener complicaciones mucho más graves, como hemorragias, fallas orgánicas e incluso la muerte.

“Cada brote es peor que el anterior”, afirma la infectóloga Florencia Cahn, directora de la división de vacunas de la Fundación Huésped. “El serotopo dominante este año es el 2 y no coincide con el dominante en 2020 y 2016, que fue el 1. Eso hace que haya más personas susceptibles a contagiarse y más personas susceptibles a presentar cuadros más graves debido a una segunda infección”, señala.

El infectólogo y docente universitario Hugo Pizzi añade que el serotipo 2 parece ser más agresivo que el 1, como se ha visto en brotes previos en Brasil y en Paraguay. “En pacientes con comorbilidades, como diabéticos o cardiópatas de larga data, personas inmunodeprimidas, etc. el virus irrumpe como un ciclón. Pero estamos viendo cuadros graves también en personas sin factores de riesgo”, señala sobre las características del actual brote.

Los expertos se muestran preocupados por el impacto del cambio climático en la aparición de nuevos patrones. El aumento global de la temperatura favorece la propagación de enfermedades en Argentina que hasta ahora se asociaban a países tropicales, como el dengue pero también el zika y la chikungunya. Para Eduardo López, jefe del Departamento de Medicina del Hospital Gutierrez de Buenos Aires, influye también la falta de previsión, ya que considera que desde el estallido de la pandemia de covid en 2020, el Gobierno disminuyó las campañas de fumigación y de prevención, lo que facilitó la proliferación del mosquito.

El motivo detrás del aumento de víctimas fatales es doble. Por un lado, porque el área afectada por el brote es mayor que otros años. Por otro, lo que más preocupa a los médicos es que posiblemente varios de los fallecidos murieron de dengue tras una segunda infección.

Las esperanzas están puestas en la vacunación. Argentina analiza la aprobación de una vacuna japonesa que protege frente a los cuatro serotipos, con una eficacia global del 60% y que crece hasta el 80% para evitar los cuadros graves de dengue. “Hasta ahora existía una vacuna de origen francés que era efectiva para las personas que habían contraído dengue con anterioridad, pero podía llegar a ser contraproducente para quienes nunca habían sido infectados”, señala López.

Desde el Ministerio de Salud, creen que Argentina seguirá los pasos dados ya por la Unión Europea, Brasil e Indonesia y aprobará la vacuna, pero después será necesario analizar quiénes podrán recibirla. “Los principales grupos de riesgo son los menores de cinco años, mayores de 65 años y mujeres embarazadas y hay que analizar si pueden o no vacunarse”, señala Castelli. Aun así, de aprobarse, hay consenso en que contribuirá a minimizar el impacto del próximo brote.

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