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Argentina vuelca en un sitio web 334 juicios abiertos por lesa humanidad y datos de 1.126 condenados

La Secretaría de Derechos Humanos ofrece la posibilidad de seguir en vivo las audiencias de los 16 juicios en curso y publica datos y testimonios de los procesos judiciales desde 1985 hasta la actualidad

Juicio a la Dictadura argentina
Imputados por crímenes de lesa humanidad, en el centro de detención en La Perla, en Córdoba, en 2019.

Desde 1985 hasta la actualidad, la justicia argentina ha dictado 318 sentencias en juicios por crímenes de lesa humanidad perpetrados durante la última dictadura. Un total de 1.126 personas, en su gran mayoría ex integrantes de las fuerzas de seguridad, han sido condenadas por delitos como secuestros, torturas, robo de bebés y desapariciones, entre otros. La tarea titánica emprendida por el país sudamericano para llevar a los tribunales a los responsables del terrorismo de Estado aún no ha concluido y otros 16 juicios siguen en desarrollo. A partir de ahora, las audiencias judiciales pueden seguirse en vivo desde la página web de juicios de lesa humanidad creada por la Secretaría de Derechos Humanos. Se puede rastrear también la biografía de cada condenado, leer testimonios de sobrevivientes y ver en una línea temporal los avances y retrocesos en la búsqueda de justicia a lo largo de cuatro décadas de democracia.

El primer juicio contra los máximos responsables del último régimen militar comenzó en 1984, pocos meses después de que Raúl Alfonsín asumiera como presidente. El conocido como Juicio a las Juntas, inmortalizado en la exitosa película Argentina, 1985 de Santiago Mitre, fue el puntapié de un proceso que sólo se interrumpió —y no del todo— durante los años en que estuvieron vigentes las llamadas leyes de impunidad.

“La política de juzgar a los responsables [de los crímenes de la última dictadura] es una de las pocas políticas de Estado de Argentina que se han sostenido más allá de los Gobiernos”, destaca el jefe de Gabinete de la Secretaría de Derechos Humanos, Nicolás Rapetti. Sostiene que la sociedad argentina debería sentirse orgullosa de un proceso judicial que es puesto como ejemplo en todo el mundo.

“Queríamos mostrar el trabajo realizado y que se trata de una política de Estado de alcance federal, por eso incorporamos un mapa con los juicios realizados en cada provincia”, cuenta Rapetti. De las 24 jurisdicciones que tiene Argentina, en 22 se han llevado a cabo juicios por delitos de lesa humanidad. La provincia de Buenos Aires, con 83 sentencias, y la capital del país, con 64, encabezan una lista donde sólo están en blanco las sureñas Santa Cruz y Tierra del Fuego.

Una justicia lenta

La página web permite ver también los claroscuros del proceso en marcha. La justicia avanza, pero a veces a un ritmo tan lento que llega demasiado tarde. De los 16 juicios en curso, los querellantes de la causa Las Brigadas llevan más de once años a la espera de un veredicto; los del Quinto cuerpo del Ejército, nueve. “Los juicios no se llevan a cabo a la velocidad que quisiéramos en un contexto en el que se están muriendo víctimas y responsables”, admite Rapetti.

El jefe de Gabinete de la secretaría de Derechos Humanos cree que el mayor desafío actual es llegar a las nuevas generaciones, aquellas que no vivieron de forma directa la dictadura, y mantener la memoria sobre lo ocurrido para que no vuelva a repetirse. Con ese objetivo se pensaron los microrrelatos, en los que se da voz a los sobrevivientes a partir de sus testimonios en los juicios.

Entre ellos está Silvia Labayrú, que tenía 20 años y estaba embarazada de cinco meses cuando fue secuestrada por militares el 29 de diciembre de 1976. Dio a luz sobre una mesa de la Escuela Superior Mecánica de la Armada (ESMA), el mayor centro clandestino de la dictadura que dirigió el país entre 1976 y 1983. Cuando aún se recuperaba del parto, el capitán Jorge Acosta la instó a mantener relaciones sexuales si quería seguir viva.

“Acosta me lleva a una salita aparte y me dice que tengo que adelgazar porque estoy muy gorda y porque tengo que poder estar en condiciones físicas mejores, que la mejor manera de demostrarles que yo no los odiaba era que tuviera allí alguna relación con alguno de ellos, de los militares. Tenía que entender que eso formaba parte del proceso de recuperación si quería salir en libertad”, dice Labayrú en el primero de los cortos audiovisuales creados por la Secretaría de Derechos Humanos.

Rapetti señala que la película Argentina, 1985 es clave también para dar a conocer dentro y fuera del país la lucha de Argentina contra la impunidad de los represores. “El arte llega al público de una manera distinta de la que tenemos nosotros. La película se convirtió en un fenómeno, la vio todo el mundo, y estamos muy contentos de que haya logrado ese éxito porque estamos en un momento de crecimiento de los discursos negacionistas”, advierte.

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