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Argentina y el FMI flexibilizan las metas del acuerdo firmado hace un año

La sequía vuelve imposible de cumplir con la acumulación de reservas establecidas en el programa original

Federico Rivas Molina
El ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa , y a la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva
El ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa , y a la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, en septiembre de 2022.Ministerio de Economía (EFE)

Argentina ha recibido este lunes un balón de oxígeno. El Fondo Monetario Internacional anunció que flexibilizó las metas a las que se había comprometido el Gobierno de Alberto Fernández en enero de 2022, cuando acordó la refinanciación de una deuda por 44.000 millones de dólares. La desaceleración económica, la disparada de la inflación, que este mes superará el 100%, y una de las peores sequías de la historia han obligado a recalcular.

El acento se puso en la acumulación de reservas en el Banco Central, un objetivo que será imposible de cumplir. A cambio, el Gobierno se comprometió a acelerar la reducción de los subsidios a la energía, clave para bajar el rojo fiscal. El FMI dijo también que Argentina había cumplido con sus compromisos fiscales, monetarios y de acumulación del tercer trimestre de 2022 y liberó fondos por 5.300 millones de dólares. Ese dinero se usará para pagar el salvataje financiero que el expresidente Mauricio Macri recibió en 2018.

El ministro de Economía, Sergio Massa, ha había adelantado que pediría al FMI recalibrar as metas de la acumulación de reservas por el impacto de la sequía. Argentina se había comprometido a terminar 2023 con 12.125 millones de dólares en el Banco Central, pero lejos de sumar ha perdido desde enero 1.400 millones de dólares por los esfuerzos para mantener el valor de su moneda. La sequía fue el golpe de gracia a los intentos del ministro. La Bolsa de Comercio de Rosario Aires calculó que el golpe al comercio exterior de granos será de unos 14.000 millones de dólares. El efecto climático de La Niña ha provocado tres años seguidos de sequía y por primera vez en la historia del campo argentino se han perdido las dos cosechas del año en hasta un 50% en la zona núcleo, la más fértil del país. La región seca es tan grande como las superficies sumadas de Perú, Ecuador y Paraguay.

Según el comunicado del FMI, “ante los desafíos de una sequía cada vez más severa, se necesita un paquete de políticas más sólido para salvaguardar la estabilidad macroeconómica, abordar el aumento de la inflación y los recientes reveses en las políticas, así como garantizar el logro de los objetivos subyacentes del programa (…) En este contexto, se solicitan revisiones de los objetivos de reservas para 2023″. Firmaron el texto Luis Cubeddu, subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo, y Ashvin Ahuja, el nuevo jefe de misión para la Argentina. “En este contexto, se solicitan revisiones de los objetivos de reservas para 2023″, agregaron.

El acuerdo se negoció en paralelo a la cuarta revisión de las metas para el último trimestre de 2022. Los técnicos las dieron por cumplidas y el directorio deberá aprobar ahora el desembolso de 5.200 millones de dólares que Argentina usará para cancelar los vencimientos con el organismo. El Gobierno se someterá una quinta revisión antes de las elecciones primarias de agosto y otra previo a las elecciones generales de octubre de2023. La flexibilización en la acumulación de reservas, y la previsión de que podrá cumplir con los nuevos compromisos, permitirán a la Casa Rosada mantener a flote la economía al menos hasta el final del mandato de Alberto Fernández.

La negociación no modificó las metas de déficit fiscal, que Massa ha prometido cumplir según lo acordado en el plan original de 2022. El FMI dijo que sigue vigente la obligación de reducirlo este año al 1,9% del PIB “través de controles continuos de gastos, una mejor focalización de los subsidios energéticos y de la asistencia social, y una mejor priorización del gasto de capital”.

El Gobierno ya ha eliminado los subsidios al 30% de las familias, empezando por estratos más altos. Confía ahora que el aumento de la producción de crudo y gas en el yacimiento no convencional de Vaca Muerta -que ha permitido, por ejemplo, que la estatal YPF vuelva a exportar a partir de julio crudo a Chile después de 16 años- compensen en parte el desastre fiscal de la sequía en el campo.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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