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En colaboración conCAF
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Stella Hartinger: “Sudamérica piensa en el cambio climático, pero se olvida de su relación con la salud”

La revista ‘The Lancet’ publicará este año por primera vez un análisis sobre los impactos del calentamiento global en la salud pública de la región. La directora de la iniciativa habla de las claves en entrevista con América Futura

Stella Hartinger, directora de Lancet Countdown Sudamerica
Stella Hartinger, directora de Lancet Countdown Sudamérica.Angela Ponce
María Mónica Monsalve S.

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Los impactos que el cambio climático tiene sobre la salud humana están entre los más cruciales: aumento de enfermedades como el dengue, problemas respiratorios por los incendios y desnutrición por pérdida de cultivos. Sin embargo, se trata también de problemas sobre los que no se habla y que se miden poco. Desde 2015, la iniciativa global Lancet Countdown, apoyada por The Lancet, una de las revistas médicas más reconocidas, se puso la misión de rastrear cómo el calentamiento global amenaza la salud pública realizando un reporte anual. El último, titulado Código rojo para un futuro sano y publicado el año pasado, encontró que las muertes de personas mayores de 65 años relacionadas con el calor extremo alcanzaron un récord en 2019, llegando a aproximadamente 345.000 fallecimientos.

También dio otras señales, como que, debido al aumento de temperaturas, los meses aptos para la transmisión de la malaria incrementaron 39% entre el periodo de 1950-1959 al de 2010-2019, especialmente en los países con un Índice de Desarrollo Humano bajo.

En diciembre de este año, por primera vez, esta iniciativa publicará un reporte construido y enfocado exclusivamente en Sudamérica, en el que trabajan más de 30 investigadores. “Estamos proponiendo nuevos indicadores que funcionen para la región, porque acá es muy importante el tema de adaptación. Incluso, tenemos sistemas de salud que a veces no tienen agua, electricidad o internet”, dice la doctora peruana Stella Hartinger, directora de Lancet Countdown South America, en entrevista con América Futura. Doctora en Epidemiología y Salud Pública de la Universidad de Basel (Suiza), también es una de las autoras del último informe global.

Stella Hartinger, directora de Lancet Countdown Sudamerica
Stella Hartinger en Lima (Perú). Angela Ponce

Pregunta. ¿Hay algún indicador de salud y cambio climático que consideren clave para el escenario sudamericano?

Respuesta. Sí. Todo lo que es vulnerabilidad y enfermedades infecciosas es sumamente importante, especialmente por tener la Amazonía. También hemos identificado el tema de incendios, que ha sido clave en Chile y Argentina. En cuanto al calor y las altas temperaturas, los estamos teniendo en cuenta, dándole visibilidad a mortalidad y morbilidad, porque hemos notado que en la región no hay muchos estudios sobre el tema, hay muchos vacíos de información. Además, estamos desarrollando una investigación sobre si los planes de adaptación de los 12 países en los que nos enfocamos consideran la salud. Y, bueno, tenemos indicadores más conocidos, como calidad del aire, pero distinguiendo entre interiores y exteriores. La nuestra es una región que todavía cocina con biomasa, sobre todo los más vulnerables. Sin embargo, aún no tenemos una buena estrategia para que todos tengan acceso a tecnologías y combustibles limpios en casa.

P. El informe global también explora la capacidad de adaptación de los sistemas de salud y la respuesta de los gobiernos. ¿Lo están analizando para Sudamérica?

R. Sí, pero hemos encontrado que, aunque hay planes de emergencia para el cambio climático, no están asociados a la salud. El referente en la región suelen ser planes de emergencia para el fenómeno de El Niño/La Niña. Pero para la escasez de agua, la seguridad alimentaria, la energía e infraestructura no se considera la salud en sus planes. Es más, también hemos visto que hay muchos planes de adaptación a los que no les han asignado presupuesto.

P. Sudamérica está teniendo un relevo de gobiernos e, incluso, algunos han entrado con un discurso más climático y ambiental. ¿Cree que la región sí está hablando sobre los impactos en la salud que trae el cambio climático?

R. Se está hablando más de cambio climático, pero aún nos falta hacer esa convergencia con la salud. La gran mayoría de planes de adaptación y de cambio climático están hechos por los ministerios de Ambiente, que está bien, pero no involucran a los ministerios de Salud. Se piensa en los efectos del cambio climático en temas de biodiversidad, ecológicos, de agua, pero se olvida su relación con la salud. No decimos – y eso es un error – que no tener seguridad alimentaria se va a convertir en malnutrición o que la falta de recursos de agua va a generar más diarreas. Pero sí me gusta que los políticos ya estén hablando de cambio climático. Esto es una ventaja que tenemos y que viene ocurriendo desde hace cinco años. Hay ciertos países de la región que están empujando esta narrativa, aunque es muy difícil hablar en términos generales, porque también políticamente Sudamérica está muy descuajada, y eso hace que se retroceda en la gobernanza ambiental.

P. ¿Y por qué nos cuesta generar y ver esas relaciones entre salud y cambio climático?

R. Bueno, es que también es difícil generar esas atribuciones, saber exactamente por qué está ocurriendo lo que está ocurriendo. Son estudios o mediciones que, muchas veces, solo se hacen cuando hay desastres, y ahí sí podemos ver lo que pasa. Entonces en la región falta más investigación. Más datos. Hay muchos vacíos de información, pero va a ser importante tenerlos.

P. La narrativa climática a veces suele limitarse a temas que parecen ajenos para muchos: el deshielo que afecta a los osos polares o la extinción de especies. ¿Cree que tener datos sobre su impacto en la salud humana genere más acción?

R. Pues creo que es un tema crucial. Claro, el cambio climático afecta al árbol y al oso, pero esto significa que también nos va a afectar a nosotros. Y, de nuevo, el tema de prevención no ha llegado al discurso político. Entonces entender el cambio climático desde la salud nos da más herramientas. Si ya nos preocupamos cuando tenemos diez casos de dengue en un espacio endémico, ¿qué va a pasar cuando el dengue llegue a otro piso térmico y afecte a miles más? Igual sucede con el aumento de las muertes asociadas a la calidad del aire. Entonces, si alguien se apasiona por los números y dice: `Están matando a tanta gente’, eso va a ayudar.

Sobre la firma

María Mónica Monsalve S.
Periodista de América Futura en Bogotá, Colombia. Antes trabajó en El Espectador. En 2020 fue ganadora del Premio Simón Bolívar por mejor reportaje. Máster en Cambio Climático, Desarrollo Sostenible y Políticas de la Universidad de Sussex (Reino Unido).

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