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La venta de viviendas de interés social se desploma un 61% en Colombia

Mientras 40 mil hogares esperan el desembolso de los subsidios de Mi Casa Ya, en febrero se comercializaron tan solo 6.655 unidades VIS, una caída comparable con los peores días de la pandemia, según cifras de Camacol

Edificios de vivienda de interés social en Bogotá (Colombia).
Edificios de vivienda de interés social en Bogotá (Colombia).Alcaldía de Bogotá

El pasado febrero se vendieron en toda Colombia tan solo 6.655 unidades de Vivienda de Interés Social (VIS), la cifra más baja desde abril de 2020 cuando el pavor por el avance del coronavirus paralizó al mundo entero. De acuerdo con un informe presentado hoy por la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), la notable desaceleración completa ya un año de retrocesos mensuales consecutivos en el ritmo de comercialización para un segmento vital y que acapara el 72% del mercado de vivienda nueva.

La ralentización no es nueva, pero desde enero muestra signos de agravamiento, con datos negativos que se extienden a todo el sector. En enero, según la firma consultora Galería Inmobiliaria, en Neiva, la capital del Huila, se vendieron solo 9 inmuebles (para una población de 357 mil habitantes). De acuerdo con el informe de Camacol, el global de ventas de vivienda nueva se contrajo un 11,1% en el curso del último año.

Los promotores inmobiliarios y analistas del sector señalan un cóctel de turbulencias económicas y políticas domésticas e internacionales para explicar la tendencia negativa. Los retrasos en el desembolso de los subsidios de Mi Casa Ya, que según el Gobierno inició el pasado 13 de marzo, mantiene desde septiembre en suspenso el proceso de escrituración de inmuebles para unas 40 mil familias de renta baja que ganan menos de cuatro salarios mínimo mensuales. Guillermo Herrera, presidente de Camacol, cifró los dineros faltantes para reactivar el rubro VIS en 3,3 billones de pesos del presupuesto general.

El sector de la construcción no ha digerido bien las dilaciones gubernamentales. A la tardanza en la liberación de los recursos para los subsidios, se suma el encarecimiento de los suministros de obra, que desde la pandemia han sido impactados por las fluctuaciones en la tasa de cambio del dólar, la inflación al rojo vivo, y los atascos en las cadenas de suministro de los puertos internacionales. “El sector constructor es uno de los pilares de la economía nacional”, aseguró Herrera, “y por ende cualquier factor que impacte su normal desarrollo debe ser analizado y abordado con prontitud”.

Según Camacol la construcción genera 1,4 millones de empleos directos, y 2,6 millones indirectos, provenientes de 34 industrias. La ministra de Vivienda, Catalina Velasco, ha reiterado que el Gobierno invertirá “1,4 billones en más de 50 mil subsidios” para Mi Casa Ya, un programa que nació durante la presidencia del Nobel de Paz Juan Manuel Santos en 2015 y que, debido a sus buenos resultados, se ha mantenido con ajustes en los Gobiernos de Iván Duque y ahora de Gustavo Petro. Todo parece indicar, según la versión de la titular de la certera de Trabajo actual, que el lío de los subsidios viene del empalme con su antecesor. En declaraciones de octubre pasado a la cadena radial Caracol, Velasco justificó la tardanza en el desembolso debido a fallos generados por la asignación de subsidios con vigencias a 2023 por parte de la administración Duque.

Para Herrera, sin embargo, las promesas de la administración Petro se quedan cortas: “Visto en perspectiva, para vivienda nueva y rural, solo están apuntándole a desembolsar 116 mil subsidios en cuatro años. Serían menos de 30 mil anuales, menos de la mitad de lo que Mi Casa Ya está entregando, que son más de 67 mil subsidios”. El exministro de Deporte de Iván Duque, quien ha militado en el partido opositor Cambio Radical, se pregunta cuál es el norte de la política de vivienda de Petro.

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Camacol calcula que la economía colombiana estaría perdiendo mensualmente unos 75 mil millones de pesos por las múltiples demoras. Herrera desgrana esa estimación: “A partir de las 40 mil viviendas terminadas y que no se pueden entregar, calculamos el valor de venta de esas unidades: 6 billones de pesos. Para construirlas, los hogares tienen que poner un billón de pesos de sus ahorros como cuota inicial. El sector empresarial, por su parte, tuvo que contratar créditos de construcción por 4 billones de pesos para construirlas. Esos 4 billones le cuestan a la economía nacional, en intereses al sector financiero, 70 mil millones de pesos”.

Los indicadores de venta en otros segmentos también se han revisado a la baja. Herrera recuerda que, si bien el mercado no subsidiado concentra un porcentaje pequeño de las ventas, tienen un peso fundamental en el volumen de negocio por el valor de cada unidad nueva y el empleo que genera. “La responsabilidad del Gobierno”, finaliza el presidente de Camacol, “y del sector empresarial también, es resolver el problema que tienen las familias en Colombia. Más aún en un año de contracción económica donde las proyecciones del Banco de la República es que el PIB no va a crecer por encima del 0,2%”.

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