El 62 % de las víctimas de trata de personas en Colombia son explotadas sexualmente

El reporte global sobre trata de personas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) expone por primera vez una disminución en la detección de víctimas. En 2022, en América Latina se registraron 32% menos casos con respecto al año 2019. No es, sin embargo, un logro de los Estados, sino todo lo contrario, una falla en la atención a este delito. “El cambio de tendencia es el resultado de factores que afectaron especialmente a los países de renta baja y media durante la pandemia. En estos países hubo menor capacidad institucional para detectar víctimas, y algunas de las finalidades de la trata se trasladaron a lugares más ocultos y menos susceptibles de ser detectadas”, señala el informe presentado este jueves en Bogotá.

Lo que ocurre en Colombia contrasta con el panorama global. Aquí el mayor porcentaje de víctimas son explotadas bajo la finalidad de prostitución y otras formas de explotación sexual. En el resto del mundo, la primera posición la ocupa el trabajo forzado.

Entre 2010 y 2022, el 62% de los casos de trata de personas en el país tuvieron como fin la explotación sexual. “El análisis de casos judiciales muestra que las mujeres son víctimas de violencia extrema o física a manos de los tratantes tres veces más que los hombres”, dice el informe. El principal destino de las víctimas que salen de Colombia es México, seguido por China, España, Ecuador y Argentina.

“En el caso colombiano, se observa un recrudecimiento de la tendencia regional y global con respecto al sexo de las víctimas”, advierte Naciones Unidas, en referencia a que el 87% de las víctimas son mujeres. El informe también reporta un incremento en la trata con fines de trabajo forzoso entre personas que han sufrido el conflicto. “Los grupos armados ven en la trata de personas un nuevo negocio, aprovechando el control que ejercen en las zonas donde hacen presencia”, señala el informe. Este tipo de trata se da en zonas con explotación minera ilegal o en zonas de producción y transformación de coca.

Hace menos de un mes la Procuraduría presentó una investigación en la que advertía que la población migrante que cruzaba el Darién o se establecía en Cúcuta, se enfrentaba a la trata de personas y la explotación sexual. “Los grupos armados controlan el negocio de la migración ilegal y explotan a los caminantes durante su paso por el país”, señaló la entidad. El reporte de Naciones Unidas menciona los conflictos armados como escenarios propicios para este delito.

El cambio climático también ha aumentado la vulnerabilidad a la trata de personas. En 2021, señala el informe, “23,7 millones de personas en todo el mundo fueron desplazadas internas por desastres naturales, mientras que muchos otros cruzaron fronteras para escapar de la pobreza inducida por el clima”. En el caso de Colombia, la Unidad Nacional para la Gestión de Riesgos y Desastres identificó cerca de medio millón de personas afectadas por desastres naturales. “Esto tiene impactos específicos para mujeres, adolescentes y niñas, especialmente, quienes se ven expuestas a situaciones de violencia, explotación y riesgo de trata de personas”, advierte Naciones Unidas.

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